jueves, 31 de diciembre de 2009

Algo nuevo comienza cuando todo se acaba

Algo nuevo comienza cuando todo se acaba. No se sabe muy bien qué celebramos más si lo que se acaba o lo que empieza. Aunque, a veces, esas dos puntas de la cuerda suelen ir juntas -se termina un año y comienza otro- nos agarramos con una mano a un cabo y la otra punta de la cuerda la sujetamos con la otra mano. Nos cuesta nadar a brazadas en el río nuevo de los días que empiezan.

El nerviosismo que nos invade al abrir un regalo es una muestra de la intranquilidad que nos produce lo nuevo, lo que no controlamos. Parece como si quisiéramos saber que hay en el lugar donde vamos a poner el pie en el siguiente paso que vamos a dar. Sobre qué vamos a pisar y qué seguridad nos va a ofrecer para dar el próximo paso.

Sin embargo no tenemos que falsear lo que pensamos que es nuevo, ni pensar que lo que vendrá será radicalmente distinto. Lo nuevo que esperamos siempre contiene parte de nuestro pasado y de lo mismo que vivimos mientras esperamos. Se nos pide vivir con la actitud del turista para transitar por los nuevos días que se comienzan.

José Luís García Martín en su libro dice que lo mejor de una ciudad no es nunca lo que vemos sino lo que imaginamos detrás de esa iglesia, al doblar una esquina, en aquel barrio más allá del río. Las ciudades más hermosas son como cualquier otra ciudad para el que vive en ellas.

El año que comenzamos será nuevo si nuestra actitud es nueva y no nos acostumbramos a nada de lo que nos rodea. Si nos atrevemos a pensar con ilusión que detrás de la esquina de cualquier calle de Talayuela, más allá de este o aquel barrio de nuestro pueblo, está lo que siempre hemos soñado. Si comprendemos que solo los amores de una noche no tienen sombras y que todos los demás son una buena mezcla de defectos y cualidades.

martes, 29 de diciembre de 2009

El recurso fácil

El recurso fácil de estos días es tararear aquella canción de Mecano que hablaba de los cinco minutos antes de la cuenta atrás. Se entiende este tiempo de fin de año como el mejor para hacer el balance de lo bueno y malo que ha sucedido en nuestra vida con o sin nuestra participación personal. Somos así, metidos en el ajetreo de nuestra vida diaria, dedicamos para hacer buenos propósitos los días antes de la cuenta atrás.

Es verdad que estos días en que nos reunimos todos se pone de manifiesto la ausencia de otros que ya no están. Y además se hace presente con que tampoco nosotros somos los mismos ya, que algo nos ha cambiado. Y este sentido de experimentar que todo pasa lo que nos hace pensar si estamos viviendo de acuerdo al diseño que habíamos hecho de nuestra propia vida o si queremos dibujarla de nuevo.

Suele suceder que cuando hacemos ese recuento de nuestra vida nos imponen su presencia con fuerza, los aspectos más negativos que han aparecido en nosotros. ¡Somos así! Sin embargo debemos superar esos cinco minutos antes de la cuenta atrás y no hacer el balance de lo bueno y malo para que sea verdaderamente real. Nuestra vida tiene más aristas que no se ponen fácilmente de manifiesto en un solo momento.

Lajos Zilahy se preguntaba en Algo flota sobre el agua: ¿Crees que el amor radica solo en el corazón? ¡No¡ El corazón es demasiado poca cosa para albergarlo. Llega, se extiende por todo tu cuerpo. Te hace arder, te desarticula todo en mil pequeñas partículas, y sientes desencadenarse en ti todo debajo de tu piel. Nunca puede el hombre ser mas santo y mas perverso que cuando ama. En todas las demás situaciones de la vida puede usar disfraces y fingir comedias. En el amor emerge cuanto hay en él de más recóndito e intimo.

Es difícil que lo más recóndito de nuestra vida surja en cinco minutos antes de la cuenta atrás, motivado por una sensación de que termina un año y comienza otro. Si no existe un motivo fuerte no tendremos la destreza necesaria para desarticular los defectos que se han pegado a nosotros y se han vuelto más exigentes que nuestra propia naturaleza. Cinco minutos antes de la cuenta atrás es solo eso: el tiempo que tardamos en reunirnos en la plaza Real de Talayuela para esperar que el reloj marque las doce y desearnos un feliz el Año Nuevo.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Y Talayuela se vistió de Gala

Y Talayuela se vistió de GALA. Cuando las agujas de mi reloj se colocaban en las veinte y cinco horas, como si de un rito mágico se tratara, se abría el rojo telón del escenario y daba comienzo la Gala de la Solidaridad. Las presentadoras hacían un breve resumen de los ocho años que se ha venido realizando tal acto benéfico y a donde han ido destinado los dineros recaudados. Resaltaban como un valor positivo que la misma Gala se haya venido celebrando ya durante tanto tiempo.

Durante cerca de dos horas los artistas en el escenario nos han llevado por los diferentes estados de ánimos y ha hecho aflorar en nosotros la alegría, la emoción, el recuerdo, la solidaridad. Los aplausos cerrados de la sala de butacas agradecían el esfuerzo y la actuación que se había realizado en el escenario. En todos los artistas, el sonido de los aplausos es la vitamina necesaria para superarse en el nuevo numero que viene a continuación, y así lo hacían los artistas de Talayuela en esta Gala.

Solo los artistas, con los cuadros representados, son capaces de llevar a los espectadores y elevarlos a las altas emociones que nos hacen mejor personas siempre. Niños, jóvenes, adultos, han hecho revivir en el escenario a Paco Martinez Soria, Mocedades, Marife de Triana, Michael Jakhon...pasodobles, salsa, rock ... revivían entre nosotros otra vez y su música se oía en toda la sala de butacas. La música que salia de los artistas de Talayuela llegaba a nuestros oídos y con su propio poder nos sacó del patio de butacas y nos llevó a los lugares y personas con quienes habíamos escuchado por primera vez esas canciones. Todo un goce para los sentidos y el corazón.

Si acaso, por decir algo no positivo de la Gala, poner de relieve también, el excesivo recurso al chiste fácil, la palabra no apropiada..., el no explicar el trabajo de Cáritas en Talayuela a quien ha ido destinado este dinero de las entradas.

No obstante, estas lineas de arriba que son según mi parecer, no dejan ninguna sombra de duda sobre la dedicación, el esfuerzo y la entrega de estos artistas de Talayuela en la Gala de la solidaridad de este año de dos mil nueve.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Talayuela se viste de Gala

Hace ya algún tiempo leí un articulo de Javier Marías en el País Dominical que decía: Los mails no tiene alma, les falta la textura y la consistencia de las cartas. Puede que sea verdad esa afirmación de Javier Marías pero a cambio sí tienen la rapidez en la entrega, sí llega antes el mensaje que la carta de papel y tinta. Es por eso que este medio de Internet tiene tanta aceptación entre todos. Poco tiempo tarda en llegar una comunicación con otra persona aunque se encuentre en la otra esquina del mundo. Le llegan pronto, como recién sacadas del horno de nuestra cabeza, las letras que comunican nuestro pensamiento a otra persona. De alguna manera, gracias a Internet, la otra esquina del mundo ha venido a situarse en un lugar que encontramos al volver la esquina.

Así no es de extrañar que cualquier noticia se extienda por Internet como corrían antes por Talayuela mediante el boca a boca las noticias locales. Dicho esto también hay que decir que hay noticias que se publicitan más que otras; noticias que llevan en si una carga añadida que las hacen más noticiables que otras y que van agrandando su contenido según pasan de una boca a otra.

Pues con ese mismo deseo de quiero decir por Internet que Talayuela se viste de Gala el día veintiséis de diciembre. Talayuela se pone sus mejores aderezos para asistir a la Gala que, desinteresadamente, organizan hombres y mujeres que prestan su tiempo en los ensayos de sus números musicales o de humor. Durante un largo tiempo la Gala ha ocupado la cabeza de estas personas pensando que actuación habrían de preparar cada uno o en conjunto. De la cabeza se ha pasado al corazón intentando hacer su actuación de la mejor manera posible. Del corazón ha salido la puesta en escena que estas personas ofrecerán el día veintiséis de diciembre en la Casa de la Cultura de Talayuela.

El dinero recaudado en esta Gala lo destinaran a Caritas, pues vivimos tiempos recios de crisis que hace estrago en bastantes personas de nuestro pueblo y bienvenida les llegará a Caritas ese dinero de la entradas de cada uno. Si el Bien es Bueno y lo Bueno es Bello Talayuela se viste con sus mejores galas para asistir a la Gala de la Solidaridad. Belleza en el espectáculo, belleza en el fin de lo recaudado y belleza en las personas que como espectadoras asistan a esta Gala de la Solidaridad para apoyar el trabajo de Caritas y compensar, siquiera sea con un fuerte aplauso, el esfuerzo solidario de estos hombres y mujeres de Talayuela.

El día veintiséis de diciembre nos vestiremos de gala, pues muy bellos son nuestros mejores sentimientos, para asistir a la Gala de la Solidaridad en Talayuela.


sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Y si estas Navidades nos regaláramos un libro?

¿Y si estas Navidades nos regaláramos un libro? Si dejáramos de lado el goce que esta nueva tecnología del ordenador nos proporciona y estos dias nos dedicáramos a leer un libro con pasta y hojas de papel. Seguramente al pasar sus hojas nos olerán a frases recién pintadas y miráremos sus letras que casi se caerán de las lineas de tan recientemente que se han escrito. Seguramente nosotros sujetaríamos otras lineas subrayándolas por las emociones que nos han evocado al leerlas. Sea como fuere los libros son buenos amigos nuestros. Con ellos hemos viajado por mundos jamás soñados, hemos leído poesía y hemos temblado porque el autor expresa nuestro propio sentimiento. Hemos leído novelas, biografías de personajes que volvían a la vida en nuestra lectura… podemos decir que todos los sentimientos, saberes y deseo de las personas han quedado reflejados en los libros.

Tener un libro entre las manos y leerle es entrar en diálogo con él. Si el autor crea el libro el lector lo re-crea. Cuantas veces hemos leído libros subrayados, con notas a pié de página, círculos que encerraban frases...eran síntomas de que un lector anterior a nosotros había entrado en diálogo con el libro y este se había entregado a él. Otras veces notábamos sus páginas más ágiles y también nos hablaban de anteriores lecturas que por temor reverenciar nada había escrito o subrayado en sus hojas para no condicionar lecturas posteriores.

Cómo olvidarnos de los distintos sentimientos que nos embargaban ante el inicio de nuestra propia biblioteca. Cuantas veces cambiamos el criterio de ordenar sus estantes, cuantos libros también, creímos que no tenían cabida en ella y de cuantos nos desprendimos que de tan bellos aún notamos su ausencia. Libros que leemos una y otra vez, libros que viven con nosotros y a nuestro lado.

En nuestras bibliotecas o en otras hemos encontrado libros con la palabra clave, el remedio a nuestros males, el sosiego perdido...hacíamos nuestras las palabras atribuidas a Ptolomeo que se encuentran en la mítica biblioteca de Alejandría: “Una biblioteca es una farmacia para el alma”.

Libros que también han sido nuestros mejores medios para superar las barreras que el espacio y el tiempo nos imponen: “He escalado numerosas montañas y he bajado a profundos valles, he realizado hermosos viajes, dice George Sand, pero ninguno mejor que el que realice sentada en la vieja butaca de mi abuela, con los pies al rescoldo de la lumbre y un libro entre las manos”

¿Y si nos regalamos un libro estas Navidades y lo leemos cualquier rato de estos dias en Talayuela?

viernes, 18 de diciembre de 2009

Soy de Talayuela



Soy de Talayuela. Los fríos aires de diciembre fueron los primero que respire tras los azotes de una vecina que hacia las veces de comadrona. Nací en una casa de planta baja y hecha con adobes encalados, como eran todas las casas entonces. Crecí en la calle, entrando y saliendo de las casas de los vecinos que también eran amigos.

Ya adolescente aprendí a mirar a Talayuela con los ojos que se abren a la vida y mi mirada se quedaba como enganchada en cada rincón de las tres únicas calles que existían. La mirada pasaba del cielo de un azul purísimo al verde de los pinos, las encinas y los campos en primavera. Distinguía los olores de la tierra mojada, el cantueso de la dehesa, y la leña de pino al quemarse y que el humo de las chimeneas desparramaba por cualquier rincón de las calles.

En Talayuela aprendí lo que sé, pues el pueblo siempre da la estructura mental a nuestro pensamiento en el que después enganchamos lo que vamos aprendiendo a lo largo de la vida. En ese sentido me gusta decir que yo soy de pueblo, y lo soy, porque ha sido Talayuela quien me ha dado su forma de ser. A veces pensamos que poseemos a los pueblos en los que vivimos y creo que no es cierto, son los pueblos los que nos poseen a nosotros. Seguramente todos nos sorprenderemos haciendo cosas que, al ser consciente de los que hacemos, pensaremos que eso mismo lo hacian nuestros mayores.

Siempre que hablo de Talayuela digo mi pueblo. Ese posesivo que antepongo al nombre se que no es una propiedad en solitario, solo mía. Talayuela es de todos los que hemos nacido en ella y de todos los que ahora viven aquí. Todos juntos hacemos el rostro de Talayuela y lo presentamos al exterior como la única cara que ahora tiene nuestro pueblo.

La Fuente del Roble, el pozo de la Fuente de Abajo, el pinar del Moreno, el Cerro Cabezo… y otros tantos lugares están en la memoria colectiva de todos. Los distintos barrios, los caminos, las fiestas de la Asunción o San Marcos, las casas, las calles y las gentes, nos evocan parte de lo que somos cada uno de nosotros. Soy de Talayuela pero todos somos Talayuela.