jueves, 23 de diciembre de 2010

LOS GITANOS

Nunca supe de donde llegaron a Talayuela. Ya desde niños les recuerdo por las calles y les admire su forma de ser. Nadie hablaba con más salero que ellos, dando ese medio tono a las frases que parecía que cantaban al hablar. La familia Vargas, tan grande y amplia ahora, estaba formada por Antonio Vargas, su mujer Adela, y los hijos de este matrimonio con los que compartimos juegos. Miguel Poveda pone su voz a esta cancion ... por la senda del viento..., en homenaje a Carmen Amaya, bailaora gitana

CAMINO DE LA ANDONERA ( I )



Mire usted esta plaza, amigo, que vamos a recorrer uno de los caminos que más cariño tenemos y no porque lo hiciéramos nosotros solos sino porque lo hicieron nuestra madres. Ellas iban a lavar a la Andonera con grandes baños de ropa en sus cabezas, apoyados sobres las redondas rodillas de tela, para no hacerse daño, algún cubo en el cuadril y la otra mano agarraba la del niño más pequeño, mientras los mayores iban delante, jugando y corriendo, como si de un día de fiesta se tratara.


Salgamos de esta plaza Real de Talayuela por la calle que llamamos ahora del obrero Joaquín Jardón, que fue un buen trabajador, que dejaba lo trabajado de sobra para sacar adelante su casa y sus hijos. De él, y de otros como él, dijo el poeta: ...contar sus años no sabe y ya sabe que el sudor, es una corona grave de sal para el labrador... Miguel Hernández. Es una calle larga y empinada hacia la plaza que se viene estrechando desde su inicio hasta aquí arriba como si fuera un embudo. Por esta calle, por ser de las de más cuesta, gustan de subir los mozos y las mozas a la Virgen de la Asunción, en las procesiones de agosto, por costarles más esfuerzos a quienes los portan sobre sus hombros.


Iniciemos ya este camino que tantas veces andamos en nuestros años infantiles. Mire, amigo, la casa que hace esquina a la derecha al salir de esta plaza, es la casa de Luís Vizcaíno. Esta familia vino a Talayuela desde Huertas de Anima, cerca de Trujillo, y son hoy unas de las más numerosas. Aquí vinieron y aquí se casaron, Germán, Eladio, Jacinto, Teresa, Luís, Juan y Petra, todos ellos hermanos entre sí y crearon una familia de hermanos, primos hermanos, sobrinos de los primos y demás parentela tan larga como el río Tiétar. No mas iniciar la bajada de esta calle y al fondo de todo, se alza majestuoso el frondoso fresno del Malagón que hechiza la mirada y la requiere como la sed al agua. Solo en la soledad del prado, muere y nace con las estaciones del año, pero siempre está ahí llamando a la esperanza con sus ramas verdes. “...Y, en cordial semejanza, buen árbol, quizás pronto te recuerde, cuando brote en mi vida una esperanza, que se parezca un poco a tu hoja verde...” Antonio Machado

Ahora, amigo, lleve la mirada a la izquierda y aquí, donde termina esta esquina del Ayuntamiento, había un solar que hacia de paso de la calle de atrás, que se llama Cardenal Cisneros, y esta otra. Aquí se iniciaba una serie de casas que había hecho el Ayuntamiento y cuyas ventanas traseras daban a la otra calle. En la primera de la izquierda vivía el señor Antonio, carpintero y. allí mismo, tenia su carpintería en lo que parece era casa y trabajo, todo en uno. En la otra calle tenia una puerta grande, que abría en verano de par en par y se le veía trabajar. Siempre le vimos en nuestra niñez como un señor mayor, con sus gafas que después haría popular John Lennon, su bata de carpintero, y su lentitud en el moverse y en el hacer de su trabajo. Allí nos reuníamos los muchachos al olor del serrín y de la historias que contaba, en las tardes de merendilla veraniegas de pan, aceite y azúcar. Nunca supe nada de ese hombre que alimentaba nuestra imaginación infantil con sus palabras de leyendas antiguas, sus herramientas de carpintero y su escaso pelo lleno del blanco polvo del serrín. Nunca supe de donde vino ni de que familia era, algunos decían que provenía de Navalmoral, y cuando se murió, el Ayuntamiento, creo recordar, se hizo cargo de todo, como un indigente que nada tenia. “... Que tiene la vejez horas tan bellas, como tiene la tarde su celaje, como tiene la noche sus estrellas....” Rivas Palacio.


Las casas de esta calle, y a la izquierda, según bajamos, las hizo el Ayuntamiento y después, con el paso del tiempo, las fueron comprando y rehabilitando, los vecinos que las habitaron. Junto con la calle de los Granados, ahora en peor estado, son las calles que conservan la forma de ser de lo que fue antes este pueblo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Si alguna vez tuviera la tentación de abandonar estos campos se que mi corazón se secaría. Si algún día cediera a la tentación de olvidarme de la luz que se filtra por entre las ramas de estas encinas se que mis ojos se negarían a ver otra luz que no fuera esta y se apagaría para siempre su brillo. Si alguna vez sucumbiera a la tentación de querer respirar otros aires que lo que mueven las nubes de estos cielos que me cobijan sé que mis pulmones no lo soportarían y expiraría.


Al igual que la encina hunde sus raíces en estos campos y la ayudan mantenerse siempre en pie frente a los vientos huracanados que la azotan sin piedad, yo estoy pegado a esta tierra que me da soporte y sustento.Existe un lugar en el mundo donde la luz da vida a mis ojos y reflejan los colores que me rodean; existe un lugar en el mundo donde se ama de una manera determinada, donde reposan los cuerpos de los seres mas queridos y donde se alzan los deseos y la ilusiones a un cielo que de tan azul parece agua y, de tan blancas sus nubes parecen algodón: ese lugar para nosotros es Talayuela: …yo soy Talayuela…

CAMINO DE LA FERIA DE SAN MARCOS ( Y V )

La mañana de la Feria amaneció limpia, como son las mañanas de Abril en el Campo Arañuelo. Rápidamente comenzaron a abrirse los puestos de todo lo que es posible comprar o vender en una feria como esta. Como un enjambre de abejas comenzaron a aparecer personas que llenaron de colorido aquel llano verde. Se oían los mugidos, validos, ladridos, rebuznos, cacareos y se veían toda clase de animales que, más allá de las casetas de la feria, esperaban ser comprados o vendidos. Una liturgia de ofertas, precios, regateos, se concluía con un apretón de manos. Cuando la compra ya se había cerrado el nuevo dueño pasaba a hacer su marca en el animal recién adquirido y, vendedor y comprador, con los amigos que mediaban en el ajuste del precio, se marchaban a la cantina a pagar el alboroque de la compra. Y así, uno y otro trato, mientras se aprovechaba en los tenderetes para comprar cualquier utensilio necesario para el ajuar: adornos para el pelo, semillas, caramelos, hierbas para tal o cual remedio, tanto para las personas como para los animales.

En este último tenderete vi al mozo del caballo comprando hierbas que impedían la infección de cualquier herida. Eran hierbas que se habían recolectado, según le decía la mujer vendedora, en las laderas de las cumbres de la sierra de Gredos, en el verano anterior. Dichas hierbas tenían la facultad de impedir la infección de las heridas y que siguieran su curso normal de curación sin el riesgo de las infecciones y, tal vez, la muerte, de la persona o animal que las comiese.

La tarde era para el toro que se toreaba en aquella plaza que se hacia con los carros de quienes habían ido a la fiesta. Aquel círculo imperfecto se llenaba de personas que adornaban los varales con pañuelos de cien colores, cintas de raso que ponían en las guijadas de los mozos, las voces, de un carro a otro, los gritos de un lance peligroso del que salía herido alguien. El toro de aquel año no dejaba a nadie en la plaza, pues la corría con bravura, dejando su olor y su soledad detrás de él, pues eran pocos quienes saltaban al centro de aquel improvisado ruedo.

Por un espacio que se había dejado olvidado entre los varales de dos carros, saltó, al centro del ruedo, la yegua a quien el mozo hacía correr, llevando en la mano un sombrero de paño con cinta azul y con el que llamaba la atención del toro quien por fin tenía a alguien a quien seguir en aquel incomprensible y estrecho cerco. Animal, jinete y toro, hacían unas bellas posturas que la gente aplaudía agradecida y los mozos miraban con envidia. Así una vuelta y otra que eran la admiración de quien miraba pues no parecía sino que aquel jinete con su yegua y el toro hacían las estampas más bonitas de todo lo que se había podido ver en la Feria; no parecía sino que aquella yegua había enamorado al toro a quien ahora se acercaba caracoleando y mas tarde se alejaba y se plantaba de frente provocando en el toro un intenso deseo de tocar con sus cuerno aquel animal. Así una vuelta y otra, que no parecía sino que yegua y toro se habían enzarzado en un cortejo de estéticos, en el que solo ellos dos participaban, ajenos a los aplausos y los gritos que provocaban en quienes les miraban. Los crines de cola de la yegua le llegaba a la frente del toro que no parecía sino que le encelaba más mientras gotas de sudor del animal le caían sobre los belfos del toro que parecía provocaba un deseo de aquella yegua que expresaba con grandes mugidos. Pon fin había reconocido aquel olor, había encontrado la imagen perdida hacia unos meses y la voz del mozo que llamaba al toro no hacia sino provocarle mas deseos de seguir a la yegua. En un lance celoso, el toro se arrimó excesivamente al animal y en un deseo de acercar su cara hacia él, le empitonó en el vientre y le salio a borbotones la sangre. Los mozos, que observaban tras las ruedas de los carros, creyeron que había terminado aquella sucesión de equilibrio perfecto, de estampas embellecedoras del aire, que corría peligro la vida del caballo y del jinete, se abalanzaron sobre el toro que, al olor de la sangré, olió la muerte de aquella yegua y se abandonó a la suya propia. Sin aquel otro animal en la plaza, parecía que el toro no tenia necesidad de correr ni de jugar con nadie más en aquel estrecho cerco y solo deseaba dejarse matar sin defenderse. Ya en el suelo el toro, dejo que la muerte se llevara el color de su mirada, en sus ojos vidriosos volvió a ver la imagen de la yegua y la vida se le escapo en un fuerte mugido que llegó hasta la yegua, haciéndola relinchar tan fuerte, que estremeció a su dueño, testigo vivo de aquel cortejo.


Mas tarde pude ver que el mozo lloraba junto a la yegua herida, sin querer acercarse hasta el toro muerto que él había criado. En su cara dos lagrimas rodaban y en sus ojos imágenes de la potrilla y el ternero, corriendo libremente, jugando como enamorados, por los campos de la finca de su padre.


Aquí terminamos este camino, amigo caminante, el de la Feria de San Marcos, en el que hemos compartido miradas cargadas de futuro. Al terminar inventando una historia es solo por afirmar que, por difíciles que sean nuestros días, somos capaces de vivir, de sentir, de admirar, de imaginar, de compartir “...que aun en las peores circunstancias, hay esperanzas y que vale la pena vivir, aunque fuera sólo porque sin la vida no podríamos leer ni fantasear historias...”Discurso de Vargas Llosa. Premio de Literatura 2010.

EN TALAYUELA PINOS, CAMPOS
Y LOS TOROS POR SAN MARCOS


sábado, 11 de diciembre de 2010

CAMINO DE LA FERIA DE SAN MARCOS ( IV )

Ahora ya amigo caminante, todo es andar en el camino de cerro Palomo, que se inicia bajando el cerro Las Cabañas, o Carretero en otras guías de camino. Desde allí se llega y se comienza a transitar por el camino que dicen de Los Panaderos, dejando a la derecha el cerro Hueco, a la izquierda El Ejido Nuevo y se llega a descansar a la laguna que hace el arrollo Palancosillo. Allí, en las riberas del agua de la laguna, en este tiempo de la primavera de San Marcos en la dehesa, florecen las flores blancas y amarillas suspendidas en el agua azul cielo. Los juncos se doblan apenas por la brisa del aire de la sierra y la hierba fresca se ofrece como sábana limpia para, echado hacia arriba, mirar al cielo con nubes blancas de primavera. El tomillo aún no ha florecido del todo, ni los brotes de los árboles han explosionado pero ya el aire lleva el aroma de las plantas por las que ha pasado; ya el aire mueve el mastranzo, la menta, que crece en la ribera de la laguna y te embriaga con su olor. Es cuando se comprenden las palabras de Julián Peragón: “Si uno pudiera desprenderse de todo lo innecesario dejaría un hueco en su vida para que anidara la belleza...”; belleza que nos rodea y nos envuelve como un manto, pero, a veces, somos incapaces de admirarla.


Después del descanso se reinicia el camino de los Panaderos y es, entonces, cuando el verdadero caminante, sabe dar gracias por este momento de belleza y poesía que siente al pisar sus pies levemente la tierra del camino. Es el camino de la feria, de San Marcos, pero, también, es el camino de la vida en la que todo pasa y todo es nuevo a la vez. La naturaleza se convierte en bella señal y, en este tiempo primaveral, trae aires llenos de esperanza. “En el ambiente de la tarde flota ese aroma de ausencia que dice al alma luminosa: nunca, y al corazón: espera...” Antonio Machado. Ahora todo es andar, ver, sentir, mirar, admirar, compartir, gozar, hablar, callar... para escuchar el silencio sonoro. Alguna vacas pacen en los pastos primaverales, con su campanillo al cuello y su ternero al lado, que ya nos mira desafiante en su bravura... y cordilleras de toros, con el orgullo en el asta... Miguel Hernández.

Sucedió hace muchos años, aunque no tantos que mi mente no pueda acordarse de todos los detalles que le voy a contar, mientras andamos este camino hacia la dehesa de San Marcos, por el camino de los Panaderos. Alrededor de estos días de la Feria es cuando la dehesa comienza a poner todo lo que ha diseñado durante el invierno sobre los colores con que debe vestir sus campos. Todos conocemos el viejo refran de nos dice: "la primavera, que cante o que llore, no viene nunca sin flores"

Fue por estos días en que comenzaba la fiesta de San Marcos sin venir a acordarme exactamente del año, cuando un mozo de Talayuela, montado en su yegua, negra como una noche de invierno, corría a tanta prisa, que daño hiciera a los que hacíamos este camino andando, si no tuviéramos cuidado nosotros y él no fuera un buen jinete. En el fugaz momento en que el jinete y la yegua quedaban cerca de nuestros ojos pudimos mirar el sudor del caballero y el caballo y comprobar que el galope del animal no era momentáneo sino que hacia mucho que corría de esa manera. Me pareció que, jinete y animal, corriendo por aquel camino, llevaban la mirada perdida.

Al poco tiempo se nos pasó aquella impresión y volvimos a fijar nuestros ojos en el camino y lo que él nos ofrecía. Adelantábamos, o ellos a nosotros, a otros grupos de personas que iban a la feria de los diferentes pueblos de la Vera. Aquel colorido en las cintas del pelo, los pañuelos de cien colores, los refajos, las faldriqueras donde iba el dinero para lo que se quería feriar, nos decían que esos grupos venían de Valverde, Viandar, Talaveruela, o algún otro pueblo de la vecina comarca. Ya hacia tiempo que habíamos dejado el camino de los Panaderos, el otro tramo que nos llevó a la dehesa del Fondón y, desde allí, andamos por el camino de los Huertos de la Casa de San Marcos, que era el destino de nuestro viaje.

No caminamos muy de prisa porque llegamos a la finca de San Marcos ya casi cuando el sol se estaba escondiendo y las hogueras lanzaban al cielo el humo y las llamas que calentarían a todos los que habíamos ido del mismo pueblo. Aquella primera noche de fiesta en la finca de San Marcos no se pudo dormir cuando se quería, pues los cantos de ronda en las diferentes hogueras, la alegría que produce el vino que se bebe en compañía y las ganas de conversación que da la falta de prisas para madrugar, propiciaban pocos medios para conciliar el sueño. Después de varias cabezadas y, despertado por las canciones de rondas que resonaban por todos lados, decidí pasear para serenarme y poder conciliar el sueño después. Allí, apoyado sobre el tronco de una vieja encina, estaba el mozo que nos había adelantado por el camino y la yegua a su lado que comía la hierba en la distancia que el ramal la dejaba. No se dio cuenta de mi presencia, tampoco quise yo adéntrame en sus silencios que parecían profundos, pues solo un lento movimiento de cabeza y de manos, me hicieron pensar que no dormía sino que algo le ocupaba la mente.

EN TALAYUELA PINOS, CAMPOS
Y LOS TOROS POR SAN MARCOS

LAS AGUAS EN TALAYUELA



Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar,que es el morir;


allí van los señoríosderechos a se acabary consumir;


allí los ríos caudales,allí los otros medianosy más chicos;


allegados, son iguales los que viven por sus manosy los ricos.


Jorge Manrique.


viernes, 3 de diciembre de 2010

CAMINO DE LA FINCA DE SAN MARCOS ( III )

Andemos, andemos, amigo, este camino dejando a la izquierda el espacio de Las Eras, donde dormitaban los pastores con sus rebaños de ovejas y vacas, buscando los pastos de inviernos más suaves que los fríos de la sierra: ya se van los pastores a la Extremadura, ya se queda la sierra triste y oscura... En Las Eras, antaño se trillaba la mies para sacar el mejor grano de trigo y, ahora, convertido en Colegio Nacional, que es donde intentan sacar lo mejor de cada niño que allí va. Los maestros son los arquitectos de la mente. Lo que un profesor siembra en sus alumnos les ayuda en su estructura mental y ya les acompañara para siempre. Los maestros, aquella enciclopedia Álvarez, algún tortaz0, merecido o sin merecer, y sus deseos de enseñar nos equiparon para poder interpretar la vida. Aún suena, por allí, la música con que nos hacían aprender la tabla de multiplicar en otros tiempos: siete por una es siete, siete por dos catorce, siete por tres veintiuna...y la lista de los reyes godos, y los de Castilla y León, que ahora contemplamos en las estatuas de la plaza del Palacio Real, en Madrid. El rostro de aquellos maestros aparece en algún rincón de la memoria siempre que paseo por aquella plaza de Madrid.


Nos introducimos en la calleja que nos lleva a el cerro Las Cabañas, y, entonces, al camino de tierra, le hacían cortejo a ambos lados unas matas de zarzales que, con sus moras y espinas, nos servían de dolor y merienda alguna tardes del otoño. Muchas veces, al volver a Talayuela, ya casi al anochecer, por esta misma calleja que ahora andamos, las sombras se apoderaban de nosotros introduciéndonos en ese estado en el que la realidad y la ficción casi no tienen límites perfilados. La ficción nos hacia ver monstruos en los árboles; las zarzas que se enganchaban a nosotros eran garras de bestias inimaginables y el aire, silbando a nuestro alrededor, eran voces que nos amenazaban. La realidad nos llegaba envuelta en el humo que salía de las chimeneas de las casas; nos la acercaba los gritos de los demás niños que en el pueblo jugaban al cinto corrido o al escondite. Mas adelante en el camino, lo auténticamente real, era alguna pareja que había perdido el tiempo mientras el cántaro rebosaba de agua en el Pilón de abajo.


Al final de esta calleja y en lo alto del cerro Las Cabañas, a la izquierda se encuentra el tejar de los Coriscos. Con otro tejar contó este pueblo, amigo caminante, el de tío Germán y posteriormente la cerámica de Rodrigo Vizcaíno. Todos ellos suministraron las tejas y ladrillos para reformar las viviendas y corrales que hasta entonces estaban hechas con adobes. Aquellos charcones de agua estancada en verano, necesaria para amasar el barro de las tejas y ladrillos, era el lugar preferido para el mosquito anopheles que transmitía el paludismo con su picadura. Los trampales eran el lugar de las ciénagas; del canto de las ranas en las noches de verano; del miedo a las profundidades por creerles arenas movedizas que nos sepultarían si las pisáramos: “...tiene el miedo muchos ojos, dijo Sancho al Quijote, y ve las cosas debajo de la tierra, cuanto mas encima en el cielo...”


A la derecha de este camino se encontraba la Caseta de tío Rufo, el solar donde tía Práxedes y él, tenían sus gallinas y un pequeño huerto. Ahora han construido sus viviendas Octavio y, también, la casa de su hija Begoña. A Begoña la conozco más por la voz que por el rostro, puedo pasar a su lado y no reconocerla hasta oírla hablar. Durante mucho tiempo era la primera voz que sonaba a través del teléfono cuando llamaba a su trabajo. Era fácil entretenerse con ella comentando las noticias sobre el día, antes de pasar al verdadero motivo de la llamada. Hay veces que nada se puede hacer cuando escuchamos una voz que nos envuelve y acierta siempre en el tono de las palabras precisas, pues tan importante es lo que se dice como el sonido que tienen al decirse.


Aquella caseta estaba situada algo más de las afueras del pueblo y servía, también, de invisible cerco, al límite que los niños no teníamos que traspasar. Ya eran suficientemente peligrosos los trampales, los charcos del tejar de Corisco, la regadera que salía de ellos y regaba el huerto de Hilario, para que encima nos dejaran pasar más allá de la caseta de Tío Rufo y nos empitonaran las vacas del marqués. Aquella caseta era la imagen de la mano invisiblemente alargada de nuestros padre que hasta allí llegaba para impedirnos ir mas allá de ella y evitarnos los peligros que a ellos les parecía que pudiéramos tener. ¡Más allá hay dragones! parecía que nuestros padres quisieran decirnos las mismas palabras que los conquistadores decían a los hombres de su ejército, cuando no querían que traspasaran un límite: mas allá hay dragones.


Después nuestros propios padres nos enviarían a espantar conejos y perdices para que pasaran delante de los puestos, con escopetas de muerte, en las cacerías que hacia el marques, a cambio de un bocadillo y unas pocas pesetas. Entonces nosotros ya no éramos tan niños ni temíamos peligro alguno, pues la fuerza de la juventud estaba de nuestra parte. Entonces ya, la edad nos había apartado para siempre de aquel inocente mundo infantil en el que los cristales de colores tenían más valor que el oro; los escasos juguetes de cartón les creíamos con vida propia y, para contar los amigos, no teníamos suficientes dedos en las manos. La juventud se llevó, bruscamente, la cándida felicidad del sabor de una tableta de chocolate Quintín, el pan con aceite en la merendilla y la colección de cromos que hacíamos en aquel espacio en que vivíamos, cuyo invisible límite, por esta parte del pueblo, era la caseta de tío Rufo y el tejar de los Coriscos.

EN TALAYUELA PINOS, CAMPOS

Y LOS TOROS POR SAN MARCOS

sábado, 27 de noviembre de 2010

CAMINO DE LA FINCA DE SAN MARCOS ( II )

Siguiendo esta calle de los Prados se encuentran la casa de los García-Ruano, ganaderos de siempre en Talayuela. La hija de aquel matrimonio ha restaurado la casa con grande acierto y ha incorporado a la decoración los utensilios de la vida diaria y del trabajo de sus padres. Otro hijo de este matrimonio, Agapito de nombre, llevaba en la sangre el amor por los animales de los antiguos pastores de Talayuela y, aun teniendo otro trabajo nada relacionado con la ganadería, gustaba de tener grupos de cabras que, de tan cuidadas y mimadas, ganaban todos los concursos de las Ferias a las que se presentaban. Lo que se lleva en la sangre no se quita tan fácilmente de ella en las generaciones posteriores. Hay veces que surgen personas que encarnan los valores y las formas de vida de los antepasados de los que llevan la sangre familiar y, con la sangre, llevan todo lo que ellos amaron y soñaron. Las personas no solo heredamos de nuestros padres o abuelos casas o tierras, también heredamos una forma de ser y de sentir y unas aspiraciones que van pegadas a la carne y a la sangre con que nos dieron la vida. De vez en cuando surgen estas personas, como Agapito, que en su forma de ser encarnan los valores de una familia y de un pueblo.


Otra familia que vivía en esta misma calle, amigo, compañero de camino, es la de los Moreno-Fernández. Los hijos de esta familia también alegraron con sus voces este espacio que fue testigo del nacimiento de amistades con que la vida nos regala antes de salir de los lugares de la infancia. Esta calle, antes General Varela y ahora de los Prados, era los aledaños de nosotros mismos y desde los cuales divisábamos los modelos de ser adultos que nos esperaban al hacernos más mayores. A veces, también, amigo, se vivía la amistad en delicioso desequilibrio producido por una nadería y que nos parecía una tragedia que se asentaba para siempre en nosotros. Después, con el paso de los años, descubrimos que los enfados y el no comprender suficientemente las reacciones del otro, no importan para mantener una buena amistad. En esta calle aprendimos la estética de lo distinto: “...solo nos parecemos de lejos, en la medida, por tanto de que no somos nosotros...en la medida que nos acercamos nos vemos diferentes” (Pessoa). Este lugar nos apremió a fumar, con miedo, el humo que atontaba y a liarlo con impunidad en la soledad nocturna del río Tiétar; en él descubrimos el regalo de la vida en un cuerpo que, por no ser perfecto, tratamos de engalanar con la audacia de los sueños; aquí nos empujó la vida a soñarla de colores.

Crucemos el Barrio del Pilón de Arriba y de Abajo, ahora ya desaparecidos ambos y convertido su espacio en modernas viviendas iguales entre sí. A veces el pasado vuelve y se venga del presente y la luna hace desaparecer estos pisos modernos para dejar que surjan los pilones y hacer sonar el murmullo que hace el agua al salir por los caños y el roce de seda de las hojas que mueve el aire en su alameda dorada en otoño. Ahora el tiempo y el aire han dejado al descubierto el lugar donde se encuentra la base del Pilón de Abajo y que no seria difícil reconstruir. Allí en las noches de luna llena, aun se escuchan las confidencias de las mozas de Talayuela al ir a por agua para beber; las riñas de las mismas por perder su turno ante el caño y, el aire saca a la superficie, trozos de cantaros rotos por alegrías no controladas o por enfados no controlados también. En el estanque cuadrado de agua que hacia el Pilón aprendimos a navegar cuando las mujeres llevaban los cucharros para que se hinchara la madera y no perdieran aguan al lavar la ropa en ellos. Estos lavaderos de madera se convertían, para nosotros, en barcas que nos llevaban por el mar de aquellas aguas tranquilas y terminábamos el viaje en el fondo del Pilón, al que caíamos empujados por otros niños. Tal vez, el placer de bañarnos en el mar y de contemplarlo ensimismados sea el recuerdo infantil de las aguas de aquel Pilón.


Las vivencias y los pueblos son como "...un témpano del cual las nueve décimas partes están escondidas. Y la parte visible es diferente para cada viajero...", dice Eduardo Abel Jiménez. Así pues, amigo que caminas conmigo este camino ahora, pegadas a cada rincón de estas calles y sus casas, cada uno tiene sus vivencias, sus amores y desamores, sus encuentros y desencuentros y de todo ello, los demás, solo ven bastante poco.


EN TALAYUELA PINOS, CAMPOS
Y LOS TOROS POR SAN MARCOS

domingo, 21 de noviembre de 2010

1.- CAMINO DE LA FINCA DE SAN MARCOS ( I )

Venga y transite conmigo estos caminos por si acaso pudiera yo hacerle participe y comunicarle los secretos que ellos guardan y, en cualquier caso, al caminarlos juntos, pudiera ser que venga yo a conocerle mejor a usted y venga a escuchar aquellos sueños por lo que late su corazón pues, usted y yo, como antes hiciera el conde Arnaldo, hacemos nuestras las palabras de su romance: yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.
1.- CAMINO DE LA FINCA DE SAN MARCOS


Salgamos, amigo, pues así puedo llamarte en la amistad nacida desde este blog durante un año; salgamos de esta Plaza Real y continuemos por la calle que llaman Marques de Mirabel, aunque ahora el rotulo solo diga Mirabel, y mal puesto está, dicho sea de paso, y que vuelva la calle a su nombre original. Pues bien sabemos que esta es la calle que se dedicó al Marques de Mirabel por habernos cedido la fiesta de San Marcos que se celebraba en su finca. En la cera derecha de esta calle y en el poco espacio que le deja la carretera y la casa de Jacinto Vizcaíno, se encontraba la Casa Curato. Estrecha, larga y baja, que la ampliación de la carretera se llevó por delante y con ella se fueron una larga retahíla de rezos, plegarias y preocupaciones que allí se dieron por el pueblo. Mas abajo la casa de Jacinto Vizcaíno, quien con sombrero negro, con chaqueta corta y en las lentas horas del atardecer de los domingos, sentado en su sillón nos mandaba a los muchachos, sentados en su lancha, que contáramos los coches que pasaban por la carretera las tardes del día de Santiago y los domingos del verano. Entonces se sofocaban los calores veraniegos en el rió Tietar, fue mucho mas tardes cuando descubrimos las transparentes aguas de las gargantas de la Vera. La lancha de esta casa y de esta calle del Marques de Mirabel guarda expectación ante el misterio, cuando aquel dieciséis de julio de mil novecientos sesenta y nueve se pisó la luna por primera vez: "es un pequeño paso para el hombre, un salto gigante para la Humanidad", dijo Armstrong, y nosotros le creímos, aunque la humanidad continúe con los grandes problemas de entonces.


Atravesamos la calle Goya y enfilamos la calle que ahora llaman de los Prados. Esta calle, amigo, me trae sabor a adolescencia recién estrenada. En esta calle se esconden las voces de nuestras madres llamándonos a gritos para hacer tal o cual recado. Aquí esta pegado el sonido de las canciones de la película Cabaret, en la que Liza Minnelli nos enseñó un mundo de humor, amor, espectáculo y de horrores políticos no comprendidos entonces. En esta calle, antes General Varela, se esconden los gritos de las riñas, de las noches de verano sentados en las aceras de las puertas para tomar el fresco, si es que fresco había en esas noches de verano. Aquí se esconden los sueños de lo que soñamos que seríamos ahora. Si el niño que fuimos ayer es el padre del hombre que somos hoy, en esta calle quedó enterrada nuestra niñez; el padre de todo lo que hemos sido después tiene en esta calle su tumba. Es verdad que a nadie le sale la vida como la diseñó entonces, y no íbamos a ser nosotros una excepción, pero aquí soñamos el futuro entre las discusiones y los descubrimientos adolescentes.


Mire, amigo, y fíjese en esta casa, la primera de esta calle que dicen ahora de los Praos, aquí, justamente en la esquina de la izquierda, y que vive en ella Vitorin García, de la familia de los “navarros”, llamada así esta familia por proceder, un bisabuelo suyo, de un pueblo de aquella región que se asentó en este, allá por los años de mil ochocientos. Su casa aparece ahora como cualquier otra casa renovada; es, creo no equivocarme, amigo, la segunda reforma que se hace después de derribar una casa que expresaba como era esta aldea de la Atalayuela. No hemos sabido cuidar ni proteger la arquitectura de nuestras casas y nuestras calles. La arquitectura tiene palabras, emite un lenguaje de formas a veces bellas y otras no tanto, pero nunca se queda muda ante los ojos de quienes la miran y contemplan. Al destruir aquellas casas, por motivos seguramente muy justificados por su propietarios, nos quedamos sin ese lenguaje no verbal y perdimos los testigos sin sonidos de aquella forma de vida que tuvimos en un tiempo. Perdimos las reacciones que tuvieron las personas ante las necesidades que les exigía el lugar que habían elegido para vivir y que quedaron fijadas en casas, corrales, cuadra, enramadas, secaderos…y un sin fin de calles que las daban acceso. Un portalón adintelado daba acceso a un patio en el que había pilas de cantería para que los animales pudieran beber y daba acceso a la casa de los dueños; patio enrollado, que las mismas piedras colocadas hacían formas geométricas y dibujos, y que se fue para siempre con las fotos rotas por su dueña. Una foto no es solo una foto, es un testigo de color sepia de lo que un día fuimos y fueron nuestras casas que, aunque de adobes, tenían una arquitectura que no se debería haber perdido.

domingo, 14 de noviembre de 2010

CINCUENTA AÑOS DE LAS FERIAS Y FIESTAS DE SAN MARCOS...

Faltan ciento cincuenta y nueve días, aproximadamente, para que llegue el veinticinco de Abril del año de dos mil once, que como todos los de Talayuela sabemos, días antes, días después, según sea el fin de semana elegido, se celebraran (D.M.) las FIESTAS DE SAN MARCOS. Este año son FIESTAS ESPECIALES, pues se celebran los CINCUENTA AÑOS desde aquel veinticinco de Abril del año de mil novecientos sesenta y uno en que se comenzaron a celebrar las FERIAS Y FIESTAS DE SAN MARCOS, EN TALAYUELA y en el cerro del Cabezo como escenario para el ganado.

Se que es muy pronto aún, pero todo esto, como las fiestas de los buenos cumpleaños, hay que organizarlo con tiempo y que lo que pueda parecer una aparente improvisación esté suficientemente previsto. Sé que hay personas interesadas en colaborar en todo lo que se estime conveniente para que resulten unas FIESTAS ESPECIALES EN SUS CINCUENTA AÑOS pero a quien le corresponda deberá tomar la iniciativa de reunir a las personas o de programar los actos necesarios para que no pase desapercibida esa fecha.

Al cumplirse un año de este blog y de esta página de facebook pensaba cerrar definitivamente, blog y pagina, por pensar que ya ha estado un tiempo prudencial a disposición de los lectores para verter en ellas los datos históricos sobre Talayuela que he creído conveniente publicitar y por estar metido en escribir un libro sobre Doña Juana la Loca.

Al ser una fecha tan redonda la de los CINCUENTA AÑOS DE LAS FIESTAS DE SAN MARCOS, EN TALAYUELA, quiero colaborar, en la medida de mis posibilidades, a la celebración de esta fecha y escribir sobre los caminos que, desde la Plaza Mayor, de Talayuela, salían a los lugares con los que nos comunicaban.


CAMINOS DE TALAYUELA

Venga aquí, amigo, ahora que se acercan los CINCUENTA AÑOS de las Fiestas de San Marcos, se creó entre nosotros el lazo de la amistad fortalecida desde hace un año y, como amigos, caminemos juntos estos caminos que desde aquí salen. En esta plaza sin fuente, de la que nos han secuestrado el encanto del murmullo y la serenidad que da el agua, se la llama Plaza Real desde el año de mil ochocientos veintitrés. Así, pues, amigo, esta Plaza Real es la Plaza Mayor de Talayuela, querámoslo o no. Tal vez no sea la plaza que todos hubiéramos querido pero es desde ella donde se hacen y dicen lo mas importante y que nos atañe a todos. Es verdad que se debería mejorar su estética, que se podrían sacar más posibilidades que ella misma tiene, pero así, como es, pequeña y cercana al Ayuntamiento y la Iglesia de San Martín, es el testigo silencioso de la pequeña aldea que un día fuimos y, para los habitantes de entonces, esta plaza les bastaba.

Quisiera yo enseñarle a usted los caminos que de ella parten hacia los lugares mas cercanos a nosotros. Los caminos siempre nos traen y nos llevan, nos sacan de nosotros y, a la vez, nos acercan a nosotros mismos pues nos hacen conscientes del cansancio de andarlos, de la solidaridad entre compañeros y de la belleza de los paisajes por los que discurren. Cómo en el viaje a Itaca, de Kavafis, al comenzar un camino lo que debemos pedir es no llegar nunca al final, pues la recompensa está en el mismo camino que hacemos, en las sorpresas con que nos vamos encontrando al caminar. Los caminantes solo debemos preocuparnos de andar los caminos, de llevar bien abiertos los ojos y el corazón, ellos, los propios caminos, con sus dificultades, nos van preparando para vivir las mejores aventuras que pudiéramos imaginar.


Mire usted, amigo, los caminos de Talayuela conservan aun las huellas de los pies que nuestros antepasados dejaron al transitaron por ellos; conservan, estos caminos, murmullos de secretas historias que se contaban nuestros mayores al caminarlos y, conservan aun, y quiera Dios que por muchos años, la belleza del paisaje por la que discurren y que admiraron los ojos de los que vivieron antes que nosotros en Talayuela.


Venga y transite conmigo estos caminos por si acaso pudiera yo hacerle participe y comunicarle los secretos que ellos guardan y, en cualquier caso, al caminarlos juntos, pudiera ser que venga yo a conocerle mejor a usted y venga a escuchar aquellos sueños por lo que late su corazón pues, usted y yo, como antes hiciera el conde Arnaldo, hacemos nuestras las palabras de su romance: yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

NO ENTRA DENTRO DE MIS PLANES INMEDIATOS ESCRIBIR...

No entra dentro de mis planes inmediatos escribir una nueva historia de Talayuela, ni siquiera revisar y aumentar la que escribí en el libro Talayuela, tal como somos. No entra dentro de las posibilidades próximas pero si lo hiciera, o quien lo desee, tendrá que contar con este blog y esta pagina de faceboox por la cantidad de datos nuevos que semanalmente introduzco en ella. Datos ocultos, sin investigar, que a veces llegan a mis manos por pura casualidad y los transcribo a este blog. Algunos son más amables y otros reflejan las zonas más oscuras de la condición humana en sus muchas variables, pero la historia es la que es y además, es imposible cambiar, por lo que es mejor transcribir los datos como se descubren y tiempo habrá de interpretarlo.


TALAYUELA. PROCESO CRIMINAL. 1655
EL FISCAL GENERAL DE ESTE OBISPADO CONTRA FRANCISCO JIMÉNEZ, ESCRIBANO DE TALAYUELA.



En la Ciudad de Plasencia a dieciocho días del mes de febrero de mil y seiscientos y cinquenta y cinco años su merced el Señor Licenciado Don Pedro de Llano Velasco Provisor y Vicario General en esta dicha Ciudad y su Obispado por su Ilustrísima, etc. Digo que por cuanto su merced ha tenido noticia que Francisco Jiménez, Escribano del lugar de la Talayuela, está públicamente amancebado con Isabel Herrera, viuda, vecina del dicho lugar de más de veinte años a esta parte y aunque ha sido amonestado sobre ello diversas veces ha vuelto a reincidir y actualmente está en el mismo estado y la dicha Isabel Herrera, recién parida, con notable escándalo del lugar y para le castigar y poner el remedio que requiere mandó su merced hacer esta causa de proceso cometió para su averiguación y fecha se traiga para poner y lo firmo.
Don Pedro de Llano/ ante mí, Alonso Sánchez de Campo.


En la dicha Ciudad de Plasencia dieciocho días del mes de febrero de mil y seiscientos y cincuenta y cinco años para averiguación de lo contado en la cabeza de proceso y yo el Notario, tomó juramento de Jerónimo Mateos vecino del lugar de la Talayuela el cual le hizo en forma y preguntado para la cabeza de proceso = dijo que sabe y es muy notorio en dicho lugar que el dicho Francisco Jiménez ha tratado a mala parte y estado públicamente amancebado con Isabel Herrera, viuda, de mas de veinte años a esta parte y ha tenido en ella tres hijos y siempre ha sido amonestado algunas veces por este Tribunal sobre dicho amancebamiento, sin embargo, ha vuelto a reincidir y al presente lo trata y comunica como de auto y había cosa de un mes que parió una criatura y se dice por notorio es del dicho Francisco Jiménez y por tal lo ha declarado la susodicha y en el lugar no se ha dicho jamás y ha tratado con Ana Pérez, pero este testigo no los ha visto juntos en ocasión alguna en hablar el uno con el otro ni entrar en la casa y esto es la verdad y lo que sabe y no otras cosas y lo firma y dijeron de cuarenta y cuatro años.
Jerónimo Mateos/ante mí, Alonso Sánchez de Campo.


En la dicha Villa de Plasencia el dicho día mes y año para la dicha averiguación yo el Notario tomé juramento de Joan Flores, vecino del lugar de la Talayuela, el cual le hizo en forma y preguntado por la parte del proceso dijo que lo que sabe de lo contenido en ella es que en el lugar se dice públicamente que el dicho Francisco Jiménez está amancebado con la dicha Isabel Herrera de mas de veinte años a esta parte y que aunque ha sido amonestado sobre ello por este Tribunal algunas veces ha vuelto a reincidir en dicho amancebamiento y ha tenido en ella tres o cuatro hijos y al presente esta parida la susodicha y ha dicho que es del dicho Francisco Jiménez y así se lo ha oído a Adela y a Ana su sobrina este testigo y lo tiene por cierto, porque no se ha dicho en el lugar que haya tratado con otro pero este testigo no los ha visto hablarse ni entrar uno en casa del otro ni sabe otra cosa más de lo que ha dicho que esto es la verdad so cargo de su juramento y no firmo porque dijo no saber y ser de más de treinta años.

AUTO. En estos Autos por su meced, el Señor Licenciado Don Pedro de Llano Velasco, Provisor y Vicario General en esta Ciudad y Obispado de Plasencia, por su Ilustrísima etc. En Plasencia, dieciocho de febrero de mil y seiscientos y cincuenta y cinco años dijeron que se cite a los dichos Francisco Jiménez y a Isabel Herrera para que parezcan en este Tribunal sobre esta razón dentro de tres días sopena de excomunión mayor late sententiae y se acometan las causas que ante él se hubieren hecho sobre esta razón y para todo el se dispongan los mandamientos necesarios y lo firmó.
Don Pedro de Llanos/ ante mi Alonso Sánchez de Campo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

LAS FUENTES DE TALAYUELA

Gracias a las infiltraciones en los terrenos permeables las aguas subterráneas se mueven y se embalsan en lo que llamamos acuíferos. Debajo de la tierra que pisamos se encuentra oculta mayor cantidad de agua que la que somos capaces de ver en la superficie de la tierra. Desde las mismas entrañas del seco suelo que pisamos, esta agua que se ha ocultado por las infiltraciones, sale de nuevo al exterior brotando monótonamente en manantiales que, después, la mano del hombre transforma en lo que llamamos fuentes. Es el misterio de una agua que brota cuando no llueve, que calma nuestra sed, que crea un reguero verde por donde pasa y esa humedad suya que deja tejiendo los entramados necesarios para que surja la vida a su paso y cante la rana en verano y en invierno se convierta en cristalinos carámbanos.

No puedo hacer otra cosa que aplaudir la iniciativa de Senderistas de Talayuela, Plan Integral Cultural y Universidad Popular de hacer rutas para conocer las fuentes de los campos de Talayuela. Sé que será un iniciativa difícil de consolidar en un pueblo cuya Plaza Mayor no tiene fuente –nos han secuestrado el encanto del sonido del agua entre tanto cemento en aquella plaza- pero el esfuerzo siempre encuentra recompensa de una u otra manera. Las fotos de las fuentes que Paco (Chicholo) cuelga, de vez en cuando, en facebook son medios necesarios para que, al menos en sus nombres, sean más conocidas y no se pierdan para siempre de la memoria colectiva: fuente del Roble, del Puro, del Pozo de la fuente de Abajo, del Borbollón, de la Chinarrera... y tantos nombres de fuentes que existen en las afueras de Talayuela.

Cada fuente tiene su historia y el agua sonoramente la repite en el murmullo que hace al salir al exterior desde las entrañas de la tierra. Agua que calma nuestra sed, transforma la naturaleza y nos relaja el sonido de la lluvia en los cristales; tardes de lluvia recogido sobre sí mismo y buceando en el pensamiento. Nostalgia de agua que llevamos adosada en nosotros mismos pues no en vano desde el inicio de nuestra existencia en el vientre materno era el líquido amniótico – agua- lo que nos envolvía y nos protegía a la vez. Es agua en forma de neblina lo que nos sale por los ojos cuando nos duele el corazón y es la misma agua lo primero que nos falta cuando la fiebre viene a por nosotros. Así no es extraño que los campos de Talayuela, a cada cierta distancia, se llenaran de fuentes que hicieran más fácil la vida de los hombres del campo.

La mano del hombre embelleció el espacio por donde debería salir el agua que gratuitamente manaba en aquel punto e hizo obras de arte de tanto gusto y sentimiento que puso en la construcción de las fuentes. Nosotros las admiramos y pusimos sobre ellas, no solo el deseo por su propia belleza, sino que también las recubrimos de las emociones que sentimos a su lado ¿Quién no tiene una fuente pegada a su recuerdo mas intimo o en la retina de sus ojos donde fue feliz siquiera fuera unos segundos? Hagamos ese ejercicio mental y nos vendrá a la memoria una fuente o agua que corría a nuestro alrededor en aquel momento.

Hacer la ruta de las fuentes de Talayuela será un viaje iniciativo para muchos de quienes le hagan por primera vez y para la mayoría de los que caminen será el reencuentro con ellas. Ojala los primeros tengan quien les inicie bien en la comprensión y los segundos buenos recuerdos de esas fuentes. En cualquier caso, hacer un camino acompañado es un placer, el otoño y su luz es un regalo y ver las fuentes de Talayuela es un privilegio.

lunes, 1 de noviembre de 2010

EL CEMENTERIO DE TALAYUELA

Hoy día de Todos los Santos he estado en el cementerio de Talayuela viendo como los vivos tratan a sus muertos. Allí había flores, velas, miradas, murmullos, recuerdos, presencias, ausencias...es el tributo que se brinda a una lapida con un nombre y una fecha y que trae un borbotón de recuerdos a las personas para quienes ese nombre y esa fecha le son tan queridas. Es más, podría ni siquiera existir esa lapida concreta y quedaría, igualmente, el nombre y la fecha, grabadas como a fuego en el corazón de las personas. El nombre y la fecha hablan de otra persona que un día compartió la vida y con la vida, nos hizo el regalo mas hermoso que es vivir al lado y ser confidente de tantas esperanzas, ilusiones, decepciones, trabajos, alegrías, lágrimas, risas...y es que simplemente vivió a nuestro lado.


Esa fecha en la lápida marca el día en que tuvimos que acostumbrarnos a vivir de otra manera; esa fecha marca el día cuando el corazón empezó el camino para acostumbrarse a una ausencia que el tiempo fue haciendo mas llevadera. No se puede vivir nada con la misma intensidad que el primer día pero la ausencia, desde esa fecha, quedó adosada a nosotros y nos deja momentos en que se hace más llevadera y otros en los que es una profunda ausencia. Hicimos el duelo el tiempo necesario para que el dolor dejara al corazón acostumbrarse a vivir sin el nombre de la lápida y comenzamos el aprendizaje de vivir sin él. Siempre viajan pegados a nosotros en nuestra mente pero hay días, como este de Todos los Santos, que parece que quisiéramos retirar la lápida y la fecha y que volvieran a nuestro lado de la misma manera física que dejaron de verles nuestros ojos en la fecha de la lápida.


Lo que también he visto este día de Todos los Santos, en el cementerio de Talayuela, es como la vida trata a los vivos. Mucho mejor que en un espejo vemos en los demás, lo que sin duda, el mismo tiempo hace en nosotros. Muchas veces los demás son mas el propio reflejo de lo que uno mismo no termina por verse a fuerza de mirarse continuamente. Nos parece que son ellos los que cambian y no nosotros también pues los días, bien lo sabemos todos, amanecen y anochecen unos tras otros, llevándose lo que encuentran a su paso; solo los nombres de quienes aparecen en las lapidas les ha regalado la muerte el permanecer en nuestro recuerdo como estaban el día anterior a la fecha que está escrita en la misma lápida.


Pero por encima, o por debajo, de lo que se han llevado los días y los años de cada uno de los que allí estábamos, de la huella que han dejado en todos y cada uno de nosotros, nos había reunido en aquel cementerio la misma Vida. Los que tenían escritos sus nombres en la lapida, con su forma de vida diferente, con su llamada permanente a seguirles, y nosotros con esta en la que aun podemos mirar las estrecha de este primer día de noviembre y aún podemos jugar, trabajar y soñar. Mirar atrás o adelante, desde este cementerio de Talayuela, es solo comprender que cualquier bien siempre es pequeño, que nada es duradero y todo en la vida es tan frágil y ligero como un sueño, incluido ese estrecho grosor de una lápida que nos separa de fundirnos en un abrazo para siempre con ellos.

viernes, 29 de octubre de 2010

Y EL CIELO BESO A BERZOCANA

Había leído a Miguel Urbina, con quien, por cierto, soy incapaz de comunicarme por faceboox, lo que un día había escrito en la página Web y el día de la inauguración del Año Santo Berzocaniego: en Berzocana se abre una puerta del cielo. La frase me gusto no más leerla pero al participar, el martes pasado, en la clausura del mismo Año Santo, pensé que, mi amigo Urbina, se había quedado corto en su preciosa y acertada frase. Aquel día en Berzocana no solo se veía el cielo a través de una puerta sino que todo el cielo había bajado allí, aquella mañana de octubre.


El cielo se había preocupado de poner la parte que le correspondía en aquel día veintiséis de octubre en que la luz era de una belleza absoluta. Hacia tiempo que, el mismo cielo, había puesto un entorno envidiable en Berzocana en el que la naturaleza cambia como cambiamos las hojas del calendario. En aquel martes de la Clausura se apreciaba mejor el verde de los pinos, el amarillo de los chopos, el color caldera de las hojas de los castaños. Qué afortunados fuimos los que admiramos a Berzocana con aquella luz en sus calles y en su paisaje aquel día. La mirada miraba y se admiraba de cada rincón, de cada calle; no parecía otra cosa sino que los ojos fueran enredaderas que se quedaban enganchados por las esquinas, haciéndote girar la cabeza por la belleza que dejabas atrás a cada paso que dabas. El paisaje en aquel pueblo ya era, aquel día mucho más, un beso fuerte que le había pegado a Berzocana el mismo cielo y con los ojos cerrados.

La gente, tambien, era un cielo de amable. La luz octubreña resbalándose por las fachadas de las casas las sacaba el dorado de las tejas, el blanco cal de las fachadas, y algo de la belleza del cielo reflejaban al posarse la luz en ellas. Los cantos de las coplas a los Santos eran sonidos celestes que no parecían sino los ritmos de los cantos que nos cantaban nuestras madres para tranquilizarnos de los fantasmas infantiles. Los Santos en la calle eran el mismo cielo que había bajado a procesionar por la calles de Berzocana; era como si los Santos tuvieran la necesidad de mirar los ojos que les miraban a su paso y remediarles los males del espíritu un año mas. Los balcones adornados, eran el lugar por donde se asomaban invisibles los que viven en el cielo porque bien saben ellos que hay días en los que tenemos que estar todos y que se note la cercanía de la presencia; juntos estábamos aquella mañana octubreña los de arriba y los de abajo, los visibles y los invisibles porque lo que llevamos en el corazón es tan cierto como lo que ven nuestros ojos. La celebración de la Eucaristía era cielo en la tierra porque la Palabra, la música, el incienso, el silencio, el canto...producían en nosotros multitud de sentimientos que preceden a la presencia de Dios en medio nuestro. Y en medio de todo la gente de Berzocana y de Extremadura, que con ese sexto sentido, sabe cuando y donde sucede lo importante y acude en masa, y lo arropó, lo cuidó, lo protegió, lo embelleció todo e hizo que aquello fuera un día de cielo. Gracias¡¡¡


Antonio Luis.


(1) La Foto es de la pagina de facebook: gente de berzocana, de donde la he recogido, espero que con el agrado del autor.




jueves, 28 de octubre de 2010

TALAYUELA Y LA REPUBLICA DE 1931 (y III )

De forma que en un pueblo como este de unos 190 vecinos con un término municipal de 27000 hectáreas, tienen que reventar de artos los ganados que pastan en él, mientras que los pobres labradores y sus familias están muriendo anémicos, por no poder artarse de pan, casos tristes que pueden dar lugar a causas graves
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4) causas por las que nos dirijimos a V.E. para silo tiene havien se digne a dar una
disposición su favor de esta sociedad que sería la primera que desde la implantación de la República concediendo a esta sociedad 300 o 400 has. de terreno para sembrar...la finca denominada Las Lomas y en los cuartos denominados la ... y parrón, por ser los más favorables para el pueblos por ser los más próximos, porque hay que tener en cuenta que las lavores lejanas de los pueblos son muy costosas para los labradores pobres como nosotros porque hacen falta mil cosas más que las próximas a ellos, que paren ...pero significa mucho para el plan de economía en que nosotros vivimos.



Si V.e.tuviera a bien dar alguna solución a las necesidades por las que atravesamos, desearíamos si pudiera ser que fuera todo lo más breve posible, porque el tiempo abanza y para hacer las lavores en su devido tiempo para la siembra de garbanzos se de principio por los primeros de ¿enero?


También le manifestamos que por orden del Ministerio de Gobernación han sido
concedidas 10.000 pesetas a este pueblo para el paro obrero y según la ... para que se empleen en caminos rurales y sólo y exclusivamente emplear obreros; pero como aquí están acostumbrados a cometer todos los atropellos que se les antoja, por los primero que an principiado a si...por emplear la yunta del secretario y las de otros señores que son mayores contrivuyentes del referido pueblo; mientras un obrero llamado Leoncio Esteban ha ido un día a trabajar y por que está trabajando con un hijo suyo, no quieren pagarle el jornal, porque dicen que no puede ir a trabajar más de uno de cada casa; pero como nosotros estamos viendo todos los días porque estamos juntos en el trabajo, que los que son amigos de la corporación, emplean obreros en las obraras? Y de la misma casa a los padres o hijos con sus propios carros; es por lo que lo ponemos en conocimiento para si lo tien abien de alguna solución a los casos tan graves por que a trabesamos y de esa forma evitara una catástrofe este desdichado pueblo.

Viva V. E. Muchos años,
Talayuela, provincia de Cáceres, 10 de enero de 1932

El Presidente, firma Cesáreo Bracho

El Secretario, Feliciano Medialdea

• Lleva sello de caucho de la Unión Agrícola de Talayuela.
• Dirigida al Excmo.Sr. Ministro de Trabajo y Previsión.

lunes, 25 de octubre de 2010

TALAYUELA Y LA REPUBLICA DE 1931 ( II )

Otro asunto tenemos pendiente en el ayuntamiento; por orden del referido ayuntamiento ha venido un delegado a examinar las cuentas de este municipio y a encontrado un defici de unas quince mil pesetas, pero como resultan ser los responsable unos señores íntimos de los que componen el ayuntamiento nos han dicho que no las cobran por que no les da la gana. También tenían una obra pública emprendida y la paralizaron hace unos 25 días sin saber las causas.


Si hacemos este comentario es por que V.E. se entere de los atropellos que han
cometido y están cometiendo con esta sociedad, pero haremos alto y entraremos de uno en el asunto de verdadero interés para nosotros que es la tierra. Se nos da el caso de que en la ocasión presente como las autoridades de esta villa tienen ciertos compromisos adquiridos con los señores mencionados por las causas antepuestas, para conseguir la tierra que necesita este pueblo para labrar esta sociedad se a dispuesto hacer las jestiones necesarias para conseguirlas pero chocamos con los incombenientes de que sobre el decreto de laboreo colectivo del 12 de mayo último según artículo 2º citando las tierras sobre las cuales podrán recaer los arrendamientos colectivos sobre por parte de las asociaciones obreras; las fincas pertenecientes a la letra A) que es la dehesa voyar del pueblo es donde venimos labrando por espacio de muchos años, así es que mala que es la tierra y fondos que no tenemos para abonarlas, está en unas condiciones que no da ni paja, como para que diera alguna producción precisaríamos todos los préstamos que nos hiciera el Servicio Nacional de Crédito Agrícola, emplearlas en abono para hellas cosa que nos arruinaría más que lo que estamos en vez de beneficiarnos a los efectos de los aprovechamientos señalados vajo las letras B) y C) no disponemos de ninguna en nuestro término municipal.


3) Sobre las fincas comprendidas vajo la letra D) como los dueños son enemigos de la
sociedad no nos conceden ni un pie de su propia voluntad. Y las comprendidas vajo la letra E) todas las que emos solicitado les faltan dos, cuatro, tres, ó más años para terminar los contratos, así es que por esta regla de tres estamos en las mismas circunstancias que antes; es decir, peor, porque antes se acercaba un obrero a pedir trabajo a una finca de los mencionadosy como no existían las rencillas que hoy existen, si lo havia lo empleavan pero hoy aunque haya de sobra ni siendo persona de su agrado no emplean a ninguno.


Existen algunas labores pequeñas de carácter individual pero como las trabajan los mismosarrendatarios quedan exceptuadas y si los cultivaran los mismos amos también ¿luego entonces cual es la que corresponde al pobre labrador? No savemos, lo que sí savemos que nuestro término municipal tan extenso está convertido en pasto para los ganados y recreos para dueños como si nosotros siendo personas no tuviéramos derecho a comer pan con el sudor de nuestra frente.


Existe una finca en nuestro referido término distante unos cuatro kilómetros del
pueblo que es la mejor que existes en el mencionado término de unas cuatro mil hectáreas prosimamente propiedad de Doña Concepción Beruete y Udaeta y porque a la referida señora no le da la gana de que se labre, más por perjudicar al pueblo que quizás por cualquier otra cosa, la tierra dedicada hace unos catorce años dedicada a la explotación pecuaria y como es la mejor como hacemos referencia hace unos días tuvimos entre vista con los señores arrendatarios y el administrador quizás para si amistosamente nos uvieran querido conceder un trozo del terreno para lavor, y nos contestaron dichos arrendatarios que ivan hacer con los compromisos de subarriendo de ganados que tenían hechos y que hera los que los salvaron el conflicto, y á demás que ivan hacer de los suyos que tendrían que venderlos por el precio que los quisieran dar y que además el ganado tamvién era una riqueza para la nación; y nosotros los contestamos verdaderamente el ganado era una riqueza para la nación, pero que esa finca mientras sostenía las casas de cuatro arrendatarios en explotación pecuaria, en explotación agrícola sostendría a todo nuestro pueblo; pero de ninguna forma pudimos conseguir nada, vasados en que según los dieron hay que esperar a que terminen los contratos.

sábado, 23 de octubre de 2010

TALAYUELA Y LA REPUBLICA DE 1931 ( I )

Las elecciones municipales que se celebraron el día 12 de abril de 1.931 dieron un resultado de, sin el recuento total de los votos terminados, aproximadamente 22.000 concejales monárquicos y de, aproximadamente, 5.800 concejales para los republicanos. Pese a la diferencia del número de concejales, y estar sin terminar el recuento de votos, los republicanos habían ganado en las grandes ciudades y, por lo tanto, eran una derrota para la Corona y el rey, Alfonso XIII. El acercamiento al Régimen de Primo de Rivera supuso la derrota para la Monarquía. En frase del Almirante Aznar, España era un país que se acostó monárquico y se había levantado republicano.


El rey marchó al exilio el día 14 de abril de 1931 y se inician las elecciones a cortes constituyentes que culminaran el 12 de Diciembre en la toma posesión, como Presidente de la Republica de España, D. Niceto Alcalá Zamora, siendo Manuel Azaña, Primer Ministro de dicha Republica y Largo Caballero, ministro de Trabajo y Previsión.


En aquello años, y a pesar del avance de la industrialización, España continuaba siendo mayoritariamente agraria, junto con el desigual reparto de las tierras, hacen que el nivel de vida de los campesinos se situé casi por debajo de la subsistencia. La Constitución de la Republica llevaba en sí misma el proyecto de más envergadura que era la reforma agraria y que creó muchas expectativas en los trabajadores del campo, más de dos millones entonces. Los grandes latifundios en Talayuela, el alto índice de paro, los niveles de subsistencia de las familias, la poca ayuda económica que llega de la República, provocan que el presidente y el secretario de la Unión Agrícola de Talayuela, agrupados en la Sociedad Obrera Unión Agraria, escriban una carta dirigida al Exmo Sr. Ministro de Trabajo y Previsión: Largo Caballero.

Esta carta se copia a continuación, por su valor histórico para Talayuela y es fruto de un tiempo concreto, y todo lo anteriormente escrito, solo es un breve intento de situar el contenido de la misma.


Solicitud de tierras por parte de yunteros y jornaleros de Talayuela (1932)
Fondo Comunales y Señoríos, legajo 45 (trascripción literal)

Al Excmo. Sr. Ministro de Trabajo y Previsión

Talayuela, 10 de enero de 1932

Los que suscriben, en nombre de la Sociedad Obrera Unión Agrícola de esta villa de
Talayuela, ante V.E. con el respeto de vido exponen:


Que vista la necesidad de tierra para labrar que tiene esta Sociedad por la mala
situación de las autoridades de este pueblo por estar en contra de ella no habiendo hecho las jestiones necesarias para conseguirla; porque referidas autoridades para colocarse en el lugar que hoy ocupan tuvieron que recurrir a los grandes latifundios de nuestro terreno municipal para que fueran auxiliadas con los votos de sus guardas como así lo hicieron; y con dicho favor adquirieron tales compromisos con los señores Marqueses de Miravel, CasasTorres, conde Deguel y Doña Concepción Beruete y Udaeta y sus guardas, que por ningún concepto están dispuestos hacerlos el mas mínimo prerguicio, aunque TODO EL PUEBLO RAVIE DE AMBRE.

Se nos da el caso de que en la ocasión presente han emprendido una corta de leña
para carvón en una finca propiedad de Doña Concepción de Beruete y Udaeta en clavada en nuestro término y han colocado a los obreros de su parte y unos que havia de la sociedad los han despedidos y esto lo están haciendo a diario; a si es que como son las autoridades y los referidos señores los mandatarios de los trabajos a realizar en nuestro término, quince o veinte obreros que tienen de su parte siempre los tienen empleados, mientras esta sociedad, que está constituida por 99 socios, todos obreros del campo, excepto en 4 o 6 que malamente tienen para trabajar en lo suyo; tienen que estar paradostodo el tiempo que a ellos se les antoja y por todas las jestiones que hace esta sociedad no consigue nada. Hemos denunciado ante el Governador Civil y emos dado cuena de los atropeyos a que se cometen y no emos tenido ninguna noticia. A los diputados nos hemos dirigido y nos han contestado que ya se arreglará todo y con esa esperanza vivimos pero sin saber cuando esto ocurrirá. Cuando las elecciones de concejales los referidos señores nos liaron por el artículo 29, después, cuando se volvieron a verificar por orden del Ministro de Gobernación derogando el mencionado artículo, 2) hicieron toda clase de coacciones que pueda existir entre los más trapacero corrompidos políticos; nosotros por hacerlo con la sinceridad que ordenaban y como es nuestro programa salimos derrotados; protestamos la elección por la serie de coacciones que habían hecho, y nos contestaron diciéndonos que para haber sido valedera tenía que haber sido hecha por un Notario, cosa que nosotros ni saviamos ni teníamos dinero para haber traído al referido Notario; En las de jueces municipales nos pasó lo propio nombraron para juez y fiscal a dos deudores a los fondos municipales, lo mismos que están actuando en la presente fecha,protestamos la elección y todavía no emos savido resultado alguno de la protesta.

domingo, 17 de octubre de 2010

DESDE SIEMPRE SE HA COLABORADO ECONOMICAMENTE...

Desde siempre se ha colaborado económicamente, más o menos voluntariamente, en el sostenimiento de las distintas instituciones a través de los impuestos. Uno de los más antiguos, y firmemente arraigado en los países de tradición cristiana, es el diezmo y que tiene origen bíblico. Cuando se repartió la tierra prometida entre doce tribus que formaban el pueblo de Israel, la tribu de Leví no obtiene parte de esa tierra porque su trabajo será servir en el templo: yo doy como herencia a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel en compensación por los servicios que prestan en la tienda del encuentro. (Números 18:21)

En los países de tradición cristiana un mandamiento religioso obligaba a pagar el diezmo a la Iglesia. De este Diezmo nadie estaba exento: “ninguno non se puede excusar de lo non dar” (Alfonso X, el Sabio). El reparto de ese diezmo era de un 33% para el Obispo, otro 33% era para el párroco, un 11% para el sostenimiento de los templos y otro 23% iban destinados a la Hacienda Real o a los Señores, si es que eran dueños del territorio. En el año de 1841, la llamada ley de Espartero, suprimió definitivamente la entrega de este Diezmo, una vez que desamortizo los bienes pertenecientes al clero y ordenó que las obras a realizar en los templos debían de ser sufragadas, en parte, por los vecinos. Existían otros impuestos como Las Alcabalas, que percibía el rey, y que gravaban las compraventas y todo tipo de transferencias. Los derechos de portazgo – tributo a pagar por pasar- en puentes, barcas... y otros muchos más.

No era difícil que el rey, en orden a sufragar algunas guerras, reclamase a la Iglesia parte de ese Diezmo. Así, el papa Pio V, en el año de 1571, concede al rey Felipe II que, para sufragar la guerra contra los turcos, pueda coger los diezmos de una familia de cada parroquia. Talayuela se niega a pagar ese Diezmo al rey Felipe II pues se entiende que: “el Lugar de Cuacos tiene por anexo al lugar de La Atalayuela, que es todo una parroquia y una Dezmería”.

Aquí copio un pleito del año de 1712 entre un vecino de Talayuela – Pedro Álvarez- y otro vecino de Aldeanuela –Don Andrés Godoy- sobre arrendamientos de pastos menudos y la necesidad de dezmar en Talayuela, lugar a quien pertenecen los terrenos arrendados y donde se asiste espiritualmente a las personas y no en Aldeanueva de la Vera, lugar de residencia del arrendador.

En 30 de enero de 1712.


“Manuel López Carrasco en nombre de Pedro Álvarez vecino de la Villa de la Talayuela y arrendador del Diezmo menudos de dicha Villa, frutos del año de mil setecientos y once como más aya lugar, pareció ante vuestra mercedes y en virtud de su poder que presentó y juró, digo que dentro del dezmatorio de dicha Villa y en la dehesa de ella son pastado y pastan los ganados vacunos de Don Andrés de Godoy, vecino del lugar de Aldeanueva, en que entran por el día de San Miguel y están hasta el de San Juan en cuya dehesa crían los becerros y en dicha Villa administran los Santos Sacramentos a los criados y pastores del susodicho por cuya razón deben ser dezmados en dicha villa, y pagarse a mi parte, el diezmo que le corresponde lo cual se excusa de hacer el dicho Don Andrés de Godoy con el pretexto de haber de dezmar en dicho lugar de Aldeanueva, por tanto, pido y suplico a vuestra merced, se sirvan de mandar al dicho Don Andrés de Godoy no pague el dicho diezmo de su ganado a otra persona que no sea a mi parte y que si lo hiciere lo volverá a pagar y que se haga saber al dezmero de dicho lugar de Aldeanueva para que le pare el perjuicio que haya lugar que les de su Juez, que pido costas y dinero etc. Rúbrica: Carrasco”.

viernes, 8 de octubre de 2010

ESTOY LEYENDO A PESSOA...

Estoy leyendo a Pessoa, el libro del desasosiego, que, aunque antiguo ya – casi un cuarto de siglo- conserva su tono triste y decadente como la preciosa ciudad de Lisboa, en la que nació el auto, allá por el año de 1888 y, conserva, también, la capacidad de sumergir al lector en un interesante viaje hacia sí mismo. Ya desde la primera página de su libro hace Pessoa una afirmación con la que yo me encuentro muy a gusto: “pertenezco, dice Pessoa, sin embargo, a esa clase de hombres que están siempre al margen – entiendo este margen como frontera- de aquello a lo que pertenecen, y no ven solo la multitud de la que forman parte, sino también los grandes espacios de alrededor”

Hace poco me preguntaba un periodista si, a lo largo de mi vida, me había acompañado algo a lo que yo le hubiera dado la capacidad de ser portador de buena suerte, o, como amuleto, quizás, pegado a mí, día tras día... No, respondí, a nada he dado ese poder de ser portador de buena suerte, de tejas para abajo, pues bien sé que el Buen Dios vela por mí, aunque lo único que me han acompañado, después de muchos traslados de casa, y que ya se han adosado a mi lado para siempre, han sido libros. Libros, algunos con las páginas amarillas ya, pero que continúan teniendo el poder de sumergirte en las aguas, cada día mas serenas, de ti mismo. Libros con los que hemos realizados los mas hermosos viajes a través del mundo que traían a nuestros ojos la lectura pausadas de sus páginas. Los mejores olores y sabores casi siempre nos han llegado por la descripción de unas letras en las páginas de algún libro. Hemos pisados los mas bellos paisajes, cuando los pies estaban resguardados al rescoldo del brasero, con las manos en un libro cuyas letras poseían la magia de parecer que apartábamos la rama de un sauce tras la que se encontraba la mejor vista de un valle que jamás nos atrevimos a soñar que pudiera existir. Puedo afirmar que, a casi todos, se nos ha hecho mas grande el corazón cuando leyendo a algún poeta descubríamos que expresaba en su poesía, mejor que nosotros mismos pudiéramos hacerlo, lo que estábamos sintiendo en ese momento.

Quizás no sea Pessoa al mas adecuado para leer en este otoño, de por si triste y melancólico, pero sin duda es oportuno siempre ese incitarnos a recorrer los grandes espacios metafóricos de alrededor de nosotros mismos. Cuando la naturaleza hace el último esfuerzo por seducirnos con esa sinfonía de colores antes de meterse dentro de sí misma a germinar la sabía nueva de la próxima primavera, Pessoa nos sumerge en los aledaños de nosotros pues, bien sabemos que a veces, el primer extraño, los espacios mas cercanos, el primero a quien tenemos que conocer y comprender, es a nosotros mismos.

Después de nosotros mismos están los grandes espacios que existen a nuestro alrededor: las personas con las que convivimos, el paisaje que compartimos. Sin duda, la contemplación de esos espacios es el mayor goce estético que no ha sido dado admirar y las emociones que nos provoca es lo realmente importante para analizar y explorar como si fueran la isla desierta mas bella puestas ante nuestros ojos. Mirar y admirar los aledaños de nosotros mismos y, los límites, de las personas y del lugar donde vivimos es una buena tarea otoñal ahora que todos nos replegamos a nuestros cuarteles de invierno con el inicio de esta estación invernal.

Talayuela tiene mejor primavera que buen otoño. Escasamente hay algún árbol, su mayoría son encina, roble y pino, que se vuelva áurea, o caldera, el color de sus hojas pero, con toda la naturaleza, Talayuela se repliega sobre sí misma haciendo un esfuerzo por comprenderse y entenderse en estos nuevos tiempos en que vive y abrirse a esos nuevos espacios que la rodean y la habitan desde sus mismas entrañas.

domingo, 3 de octubre de 2010

DE LAS OSCURAS MISERIAS DE LA CONDICION HUMANA ( y lI )

Declaración de testigos

En la Villa de Cassatexada veinte días del mes de noviembre de mil seiscientos y noventa y un año para la averiguación de lo contenido en la cabeza de proceso en la hoja antecedente don Joseph de Mera Alguacil mayor de la Corona de la ciudad de Plasencia trajo ante mí, el Notario, a Miguel Cordero de Parra hijo de Juan Cordero de Mateos, vecino de esta Villa, para que declare lo que supiere de lo contenido en ella por no tener edad para jurar y habiéndole encargado le diga la verdad debajo de precepto de pecado mortal en que incurrirá no la diciendo y debajo de él, dijo que lo que sabe él, que el jueves de la semana pasada que se contaren quince del dicho mes, estando el que declara apacentando una mula de su padre, en el arroyo que está junto a esta Villa, porque con él estaban Joseph Balladares y otro muchacho que se llama Juan Benito y otros oyeron un tiro y por ver lo que era fueron donde oyeron el trueno que ante que aunque estaban cerca no se veían por entonces y luego vio que un hombre que ahora esta preso en la cárcel de esta Villa estaba asido con el cura de la Atalayuela –cuyo nombre no sabe- el cual quito a dicho cura una escopeta que tenia y luego que vio al que declara y a los demás muchachos sus compañeros les llamo y les dijo fuesen testigos como el cura de la Talayuela había muerto a aquel hombre señalándoles uno que estaba allí tendido y antes habían visto y tenían por muerto y luego el dicho hombre, y el declarante con él, fue al dicho arroyo donde estaban unas mujeres lavando y las refirió el mismo caso y el dicho cura se fue el camino delante de la Talayuela habiendo primero cogido la capa que estaba en el suelo y el dicho hombre hacia esta Villa y después fueron algunas mujeres a ver el muerto y el que declara se quedo cuidado de su mula y que lo que lleva dicho es la verdad debajo del precepto que se le ha puesto y lo firmo y digo ser de doce años poco mas menos. Rúbrica: Miguel Cordero, ante mi Juan Sánchez de Campo.


En la villa de Casatejada en veintitrés días del mes de noviembre de mil seiscientos noventa y un años, su Merced, el Señor Doctor, Don Luis Sánchez, Cura Rector de esta dicha Villa, Visitador General de este Obispado, juez en virtud de comisión del Señor Provisor de este Obispado para imponer censuras en lo tocante a la causa fecha contra el cura teniente del lugar de la Talayuela sobre la muerte de Juan Durán, vecino de Serrejón dijo que por cuanto por el presente Notario se le ha participado como en poder de Joseph Jiménez, Alcalde Ordinario de esta dicha Villa, está el arcabuz con que se ejecutó la muerte del dicho Juan Durán y que es propio del dicho Licenciado y le ha pedido se le entregue así, por ser bienes del susodicho, como para hacer de él los reconocimientos que convengan y, aunque desde ayer a cosa del medio día, esta requerido extrajudicialmente, la entregue y no lo hace y conviene lo haga; por el presente, mandó su merced se le notifique que dentro de dos horas entregue al presente Notario o Ministro que con el viene el dicho arcabuz según y en la forma que llegó a suponer, pena de Excomunión Mayor Trina Canónica, premisa late sentencie y el término pasado, no lo cumpliendo le declara su Merced por público excomulgado y por tal sea habido y tenido en la forma acostumbrada además se le apercibe que de no le entregar toda la detención que sobre ello hubiere y salarios, que la audiencia será por su cuenta y procederá contra el a lo demás que hubiere lugar de derecho. Así lo mando y lo firmo.

Rúbrica Juan Sánchez de Campo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

DE LAS OSCURAS MISERIAS DE LA CONDICION HUMANA ( l )


Los archivos son la memoria de los pueblos que contienen lo que sucedió en los años a los que ya no alcanza la memoria de quienes los habitan ahora. Carpetas llenas de legajos; papeles con trazos de letras ya ilegibles para nosotros; polvo extendido por las carpetas como si quisiera sepultar lo que allí se cuenta. Los archivos sin los archiveros son cementerios de letras, ataúdes con cadáveres, vidas enterradas con vida. Cuando el archivero, quitando el polvo que envuelve la carpeta, se coloca sus gafas, y comienza a leer las letras de aquellos papeles, entonces, el pasado vuelve a ser presente y actual. Los archiveros, o aquellos a quienes les guste el oficio de investigar, traen, para todos los que viven hoy, la vida de los que vivieron ayer. La parte de la vida que quedó reflejada en aquellos papeles, que alguien tubo el acierto de custodiar, y hoy salen a la luz con todas las grandezas y todas las oscuras miserias de la condición humana. Grandezas y miserias que conforman la existencia de ayer y de hoy de quienes somos y vivimos como personas.

Como muchos días, me cale las gafas, comencé a leer y mi animo se agitó. Después de mucho pensar los pros y los contras, decidí que era un dato histórico de Talayuela y había que darle a conocer y que era mejor que la historia se contara así misma y que emergiera la fragilidad de la condición humana de personas que respiraron este aire y se admiraron con la misma luz de estos campos.
En 3 de Junio de 1692.


El fiscal general de este Obispado en la Causa Criminal que sigue contra el Licenciado Domingo Velarde, Presbítero Cura teniente del lugar de la Atalaiuela, sobre la muerte que dio a Juan Durán vecino de la Villa de Serrejón, y demás en los autos conferidos. Digo que con vista de los autos vuestra merced se ha de servir de condenar a dicho reo en las más graves penas que ha incurrido según la atrocidad del delito mandándolos ejecutar en su persona y bienes y se debe hacer por lo general y demás que de los autos resulta y alegado en mis escritos de 7 y 14 de Enero, de este presente año en que me afirmo y digo de nuevo y porque el delito esta probado concluyentemente por la sumaria cuyos testigos tiene dados por ratificados en su petición de 6 de mayo, y así mismo, está probado el dolo y malicia con que cometió dicho delito por las circunstancias que precedieron y por lo menos en la presunción de delito mediante no haberse justificado por la parte contraria cosa relevante que la excluya y coso negado que no hubiese tenido intención actual de cometer dicho delito la tuvo virtual y implícita en llevar arma de fuego muy falsa-como tiene confesado-sabiendo y no pudiendo ignorar el gran peligro que había en llevar dicha arma falsa con que dicho homicidio siempre queda dentro de la esfera de voluntario...de haberse dado por ofendido de haberse quitado el arcabuz dicho difunto y haber cometido el homicidio dentro de tan breve tiempo y menos contra la presunción de delito y mucho menos contra la propia confesión caso segundo cesara dicho indicio y presunción a que se alega la atrocidad del delito con las circunstancias de haberse cometido con arma de fuego y contra un indefenso que cada una contiene en sí alevosía.

Parte de lo cual aun pido y suplico se sirva de condenar a dicho reo en las penas que corresponden a la gravedad de dicho delito por disposición de los Sagrados Cánones y Santo Concilio de Trento que en ejecución efectiva de ellos en su persona y bienes y cosa negada no haya suficiente prueba para imponerle dichas penas ordinarias pido que sea puesto a cuestión de tormento mediante la atrocidad del delito para que se justifique lo que convenga para su merecido castigo y ejemplo de otros = pido justicia.


Rúbrica: Doctor Velázquez/ Agustín Rodríguez

Declaración de Testigos:

En la Villa de Cassatexada veinte días del mes de noviembre de mil seiscientos y noventa y un año para la averiguación de lo contenido en la cabeza de proceso en la hoja antecedente don Joseph de Mera Alguacil mayor de la Corona de la ciudad de Plasencia trajo ante mí, el Notario, a Miguel Cordero de Parra hijo de Juan Cordero de Mateos, vecino de esta Villa...

martes, 21 de septiembre de 2010

EL RIO Y EL PINAR DE TALAYUELA


Al entrar en Talayuela por la carretera de Jarandilla y, una vez que se ha cruzado el río Tiétar, nos damos de bruces con el pinar que, desde mas atrás de la carretera, ya se había anunciado como una gran masa verde. El tronco de sus pinos torcidos y retorcidos nos hace levantar la vista, recorriendo su arrugada corteza, y encontrarnos un verde oscuro en sus ramas y un azul claro, en el cielo que los cobija.


Ya los Reyes Católicos piden que se de raya de fuego al pinar de Hornillo y del Moreno, en la Atalayuela. Otro dato nuevo, encontrado hace poco en el archivo de Simancas, del año de mil cuatrocientos noventa y seis dice que ...el licenciado Francisco de Vargas 'corregidor de Plasencia' tome por acompañado a Francisco de Jerez 'regidor de esa ciudad', a petición de Fernándo de Alcabala, vecino de Jaráiz de la Vera, para que juzguen de los pleitos que éste último tiene pendiente con la citada ciudad de Plasencia sobre el arrendamiento que hizo del pinar del Moreno... Las Ordenanzas de la Ciudad de Plasencia y su tierra obligan a regular que se saque madera de los pinares y a que se cuiden ya que presentan una deficiente conservación ...los pinares de esta çiudad están mui destruidos y perdidos a causa que muchas personas se atreven a los cortar sin liçencia”... “los dichos pinares reciben mucho daño, y los otros montes, a causa de las quemas y talas que en ellos se haçen... y lo dicen en este año que aún ni se ha empezado a cortar la madera para la construcción de la Catedral nueva de Plasencia.

De antaño nos viene la preocupación por el estado del pinar. Allí, entre el rió Tiétar y el comienzo del pinar, se crea una franja de terreno que esta siendo poco aprovechada como espacio público de verano. Ciertamente el agua del rió Tiétar no es el de las gargantas de la Vera; ciertamente hay dificultad en atajar el rió y hacer una piscina natural; ciertamente hay dificultades, pero se podría aprovechar ese espacio y convertirlo en un lugar de actividades nocturnas de verano.

Allí, las noches son más frescas; allí; el cielo tiene un azul que parece un océano frió, donde aparentemente no hay nada, pero que está lleno de vida; aquel espacio tiene aspiraciones de pureza no superficial, no ingenua, y que daría muchas posibilidades de convertirlo en un espacio lúdico nocturno. Cine de verano, mesas de distintos juegos, espacios verdes para la tertulia, parque infantil, mesas de terraza.... que nos aligerara del calor nocturno del verano. Un paseo que, paralelo a la carretera, se pudiera caminar sin peligro desde Talayuela al rió Esa experiencia la han hecho en Roma con el Tiber y toda la ciudad sale a las orillas de ese rió,en las noche de verano. Esto no es Roma, ciertamente, pero tiene posibilidades sin explotar.

jueves, 16 de septiembre de 2010

LA NATURALEZA HUMANA NOS REVELA EL RISTRO DE LO QUE FUIMOS...


Que la naturaleza a veces se revela en breves chispazos y nos devuelve el rostro de lo que hemos sido es evidente y que nosotros, a veces, somos incapaces de reconocernos en ese instante fugaz, también lo es. Las facciones de la cara, oculta bajo multitud de capas de maquillajes, no se hacen presente a los demás más que cuando el agua arrastra, como si fuera una tormenta de verano, todo lo que hemos superpuesto a ella.
Así pasa con el pasado de los pueblo en los que, de vez en cuando, dejan aparecer el sentido oculto de lo que fueron. Así, en esta foto que acompaña el texto, aparece la base de lo que fue el Pilón de Abajo del que la mayoría de nosotros tantos recuerdos tiene y que un día, sin saber por qué, alguien decidió que ya no servia para nada y lo arrasó, llevándose con sus piedras y su agua, tantas vivencias de personas que ese Pilón les hacia presente. Ahora, al limpiar la maleza, o simplemente el aire que se llevo la tierra que lo cubría, ha dejado al descubierto la base de ese Pilón y nos trae a la memoria lo que allí había y lo que allí se vivía.

Dice Pessoa que …como quien vuelve al lugar donde pasó su juventud, consigo, con un cigarrillo barato, regresar entero al lugar de mi vida en que los fumaba. A través del sabor leve del humo revivo todo el pasado…

Ahí aparecen esas señales de lo que fue el Pilón y, con él, han aparecido las señales de lo que un día fuimos nosotros. Tanto costaría reedificarle otra vez como pura gratuidad de adorno para aquellos bloques de cemento y hormigón y que los que pasáramos por allí, nos hiciera latir, nuevamente, el corazón?

Era un caballero / gentil y donoso / de Santa María/ grande fervoroso.
En esta alameda / muy dorada en oro/ la Virgen María/ vino en su socorro.
Pues muy mal herido/ le han dejado lobos/ al pilón bajaban/ de hambre rabiosos.
Al buen caballero/ los lobos hambrientos/ le han hecho corro / de sangre sedientos
Uno de los lobos/ el mas jefe de ellos/ se tiro a morderle/ derechito al cuello.
La sangre le brota/ de la herida el cuello/sus ojos vidriosos/ buscan el remedio.
El buen caballero/ está por los suelos/ con el lobo encima/ oye su resuello.
A Santa María/ invoco primero/ que si no me matan/ seré tu fiel siervo.
Iré a Guadalupe/ caminando solo/ entraré descalzo/ en tu santo trono.
Al mismo momento/ los lobos hambrientos/le han dejado solo/se marchan corriendo.
Se hecha mano al cuello/ y por un momento/ su herida se seca/ oh que gran portento.
Vivas, siempre, vivas/ a Santa María/ le da el caballero/ lleno de alegría.
No hay mayor remedio/ para nuestros males/ que Santa María/ siempre nos ampare.
Oh que gran prodigio/ que gran alegría/ demos gracias todos/ a Santa María.
Oh que gran prodigio/ que gran alegría/ demos gracias todos/ a Santa María.
- Los cuadros que llegaron a Talayuela-

jueves, 9 de septiembre de 2010

DIA DE EXTREMADURA-NOMBRES DE TALAYUELA




Cuando aún resuenan en nuestras mentes los ecos de la gozosa celebración del DIA DE EXTREMADURA; cuando miles y miles de extremeños hemos celebrado este día, quiero hacer un homenaje, a los primemos nombres escritos, conocidos hasta ahora, de los hombres y mujeres que habitaron Talayuela en el año de mil quinientos Es un censo que hacen sus majestades, Doña Juana – la Loca- y Don Carlos, su hijo, para contribuir con ducados a la recuperación de la villa de Fuenterabia – Ahora, Hondarribia, de San Sebastián, y se dan estos nombres de los habitantes de Talayuela, iincluidas las viudas, que dieron ducados, o medios ducados, para recuperar esta villa.


Antón Gil, Alonso Gil, Pedro Percheros, Cristóbal Rivas, Martín…; Juan Lázaro, Gonzalo Lancho, Mari Vidal, la “Corchona”, Francisco Gil, Marcos Torviscoso, Toribio Martín, Salvador Tamborquino, Álvaro Sánchez, porquerizo, Juan Fernández, Alonso Moreno, Bartolomé Sancho, Bartolomé Gómez, el Viejo, Alonso Sánchez, Bartolomé Gómez, el Mozo, Alonso Fernández, Pedro Ronquillo, Pedro Sánchez Blanco, Andrés Gómez, Juan López, Lázaro Martín, Diego Jiménez, Alonso Moreno, criado de Ronquillo, Juan Calero Gómez, Martín Vaquerizo, la viuda de Cristóbal Sánchez, Alonso Sánchez Moreno, Martín Gil, Miguel Fernández, Martín Alonso, Marina Sánchez, Alonso Marcos, Pedro Romero, Juan Moreno, Bartolomé Moreno, Alonso Luís, Francisco Martín Cuchadero, Pedro chico, Pablo Gómez, Juan de Arenal, Salvador Martín, Mingo Luís, Pedro Cuadrado, Francisco Luengo, Fernando Rayos Francisco Gómez, Alonso Parras, Martín Sánchez Sovado, la mujer de Francisco Gómez y tres viudas más ilegibles….Martín Blanco, Gutiérrez Gómez.

El escribano que da fe de ello es Juan de Almaraz y lo hizo el día 21 de Febrero de años del señor de mil quinientos y veintidós años. Firmado Juan de Almaraz.










martes, 7 de septiembre de 2010

EL CORRAL CONCEJO Y LA PLAZA MAYOR DE TALAYUELA

El Corral del Concejo iluminado por un potente foco, desde un mástil subido, ponían, estas noches de agosto, unas imágenes deslumbrantes que ofrecían a la vista una estética borrachera de los sentidos. La luz, desde lo alto de ese mástil, como si fuera una luna que lo iluminara, hacia surgir los sueños de una forma de vida que ya se nos ha ido para siempre pero cuyos valores viven arraigados dentro de nosotros y es por lo que nos continua siempre emocionando ese espacio. El Corral del Concejo iluminado, entre las sombras del Malagón, en esas noches de agosto, nos invitaba a ir mas allá de la realidad de sus formas; nos cogía de la mano para llevarnos a su centro, que es el lugar donde comienzan los sueños y viven las hadas. La magia que desprende el Corral del Concejo nos invitaba a ir mas allá de lo que ve la mirada allí. La seducción es tal, que la imaginación va ganando el terreno, poco a poco, a la cordura de la mente. Allí, en aquel Corral, por los pliegues que formaban la luz y las sombras, cerca del fresno del Malagón, se escapaba el agradecimiento al Ayuntamiento de Talayuela que había hecho posible la recuperación del abandono en que había caído.

Pero había también otras horas de la noche en las que no se podían utilizar esas mismas palabras usadas para el Corral del Concejo y describir con ellas el espacio que nos cobijaba. Allí los elementos parecían estar aislados unos de otros, aun siendo bellos en si mismo, no daban la misma sensación de armonía que el entorno del Corral del Concejo: se trataba de la Plaza de la Iglesia, de la plaza del Ayuntamiento, de la Plaza Real, porque todos esos nombres recibe.

Esta Plaza de la que hablo, es, querámoslo o no, la Plaza Mayor de Talayuela. Seguramente que todos hubiésemos deseado otra, seguramente que no estamos de acuerdo en como es ahora, ni en como ha sido tratada a lo largo de su vida, pero es nuestra Plaza, aquella desde la que se pregonan las cosas más importantes que afectan a todos los que vivimos en Talayuela. Es la Plaza, también, en la que, por una razón o por otra, tenemos que pasar muchas veces y asistir a actos importantes para todos. Así, pequeña para los habitantes que somos ahora, es el testigo silencioso de la aldea que fuimos un día.

En esta plaza hay muchos elementos que sobran en ella y la entorpecen. ¿Que hace allí ese antiestético manojo de cables que, por el aire atraviesa la Plaza, desde la esquina de la Iglesia a la esquina del Ayuntamiento, le cruza por su fachada principal debajo de sus balcones y se escapa por la calle Cardenal Cisneros? ¿Qué hace, en aquel espacio de Plaza Mayor, la base de una fuente, que no lo es, cubierta con césped artificial, poniendo a la vista de todos los que vamos al Ayuntamiento que ni siquiera se concede la gratuidad del agua que alimente unas plantas con flores y césped natural? ¿Qué hace, en la esquina de esa Plaza, una cabina de Teléfonos que, en color azul, contrasta con el blanco del Ayuntamiento, sin intimidad para el que habla y que nos hace participes de la conversación a los que estamos allí sentados, como si fuera una sainete de Teatro? ¿Qué hacen unos bancos de hierros mal colocados, unos mirando hacia la carretera y otros a la base de la fuente sin agua? ¿Y esos coches que pasan por la estrechísima calle del Cardenal Cisneros, en ambas direcciones además, que tienes la sensación de que el espejo retrovisor te va a arañar la espalda al estar allí sentado y el ruido del motor, con el trasiego que hay, se te mete en la cabeza ya para toda la noche? ¿Y esos otros coches aparcados delante de la puerta de la Iglesia, el edificio más antiguo de Talayuela, que estropean la vista de todo el que pase por allí, de día o de noche?

La Plaza Mayor no ha sido bien cuidada, es verdad, y no se han sacado todas las posibilidades estéticas que tiene en sí misma. Si al hacerse la última reforma en el Ayuntamiento hubieran tenido en cuenta el entorno en el que estaba creo que se hubiera ganado más en belleza. Se podría haber hecho unos soportales en los bajos del Ayuntamiento – con los arcos adintelados de las antiguas entradas a los patios de las casas, que se ven en las fotografías antiguas de Talayuela- desde la línea de la esquina de la Casa de los Vizcaíno hasta la calle Cardenal Cisneros, y se habría dado más sensación de amplitud. Al fin y al cabo, en la reforma, para unir en las traseras del Ayuntamiento, la carpintería del señor Antonio, se comieron una calle cuyo espacio se podría haber dejado adelante y bien empleado estaría la perdida de ese espacio público. El Balcón del Ayuntamiento, desde el que Talayuela se asoma a la Plaza, desde el que se hacen los actos más importantes, debería haber sido todo un balcón que uniera las dos ventanas laterales y cuando se saliera a el, para decir las cosas importantes, habría más amplitud. Si se hubiera construido esa balconada, con modelos antiguos de casas de Talayuela – piedra y madera-, se habría ganado mucho en estética permanente de la plaza.

Que los técnicos se tomen en serio el diseño del arreglo de esta plaza, que es, querámoslo o no, la Plaza Mayor de Talayuela. Que se prohíba aparcar en toda la plaza, que se ubique la cabina en otro lugar; que se corten al trafico las dos calles laterales; que se unifique el pavimento de toda la plaza; QUE PONGAN UNA FUENTE DE PIEDRA CON AGUA, en Sorihuela hay buenos canteros; que delimiten todo el espacio con setos de alibrustre desde la esquina del antiguo cuartel, inicio de la calle Cisneros, por toda la acera hasta la esquina de la Iglesia con entradas peatonales; que la decoración vegetal sea de árboles bajos y déjese todo ese espacio para el disfrute de la gente y los actos oficiales. Que se entierre ese manojo de cables…Son ideas que dejo escritas por si alguna vale y si no, no se haga caso a este escrito

Ojala algún día comenzáramos otro artículo en este blog, diciendo: nunca fue más hermosa esta Plaza que cuando el Ayuntamiento la cuidó y la reformó…