domingo, 28 de febrero de 2010

EXISTEN COLORES QUE SE HAN PEGADO A NUESTROS OJOS...

Existen colores que se han pegado a nuestros ojos desde el mismo momento de nacer. Despues, al poder mirarlos constantemente a nuestro alrededor, se han fijado a nuestra retina como formando parte de nosotros. Hay quien dice que nuestros ojos al nacer son grises y que después van adquiriendo el color de lo que miramos con más frecuencia. En cualquier caso, hay colores que se han incorporado de siempre a nosotros y otros se incorporan en el momento en que los descubrimos presente en algo que nos sorprende.

Cada uno de nosotros seguro que recordara la primera vez que vio el mar; la primera vez que se enfrentó nuestra mirada a esa cantidad de agua y color que se quedo impregnado en nuestra memoria y que nos vuelve su color al recordar el mar. O la primera vez que se vio reflejado en el los ojos de la persona amada y se descubrió ese color para siempre. Seguramente que cuando decimos que nuestro color preferido es uno determinado, lo decimos porque está ligado a una experiencia de nuestra vida en la que lo descubrimos por primera vez.

Entre los colores que se han incorporado a nosotros desde siempre está el azul del cielo que contemplamos en verano, cuando las noches nos permitían más la vida al aire libre. Aquel azul oscuro, tachonado de estrellas brillantes, ejercían un fuerte poder de tranquilidad, de sentirnos relajados y serenos como partes del aquel inmenso cielo que nos cobijaba. Otro color de nuestra niñez es el verde que se da en todos los rincones de los campos que rodean Talayuela y se da también, entre los pinos del pinar. Un paseo entre ellos, en invierno o primavera, provoca una sensación de serenidad y relajación que nos equilibra interiormente. Cuantas veces un solo caminar por el pinar surte el mismo efecto que la mejor medicina para el estado de ánimo alterado por las miles ocupaciones del día.

¡Qué sería de Talayuela sin el pinar! Cuantos fríos quitaron las piñas y cañazos con las que se encendía el fuego en las casas. Cuanto olor a pino que salía al atardecer, al encenderse el fuego en las casas y al desparramarse el viento de los tejares que cocían sus tejas y ladrillos con la leña de los pinares de Talayuela. Ya los Reyes Católicos mandan que se den raya de fuego a los pinares del Hornillo y del Moreno en La Talayuela… el cual dicho fuego y raya se han de dar en el mes de abril de cada año, por dentro de los pinares, de manera que daño no se haga… y pague dos mil maravedíes si el Concejo no lo manda hacer.

Ahora que la catedral de Plasencia luce hermosa en su restauración, viene bien recordar que se cortó madera de estos pinares para sostener la edificación de dicha obra. Algo del olor de los pinares de Talayuela se pegó a la piedra de la catedral que sostenía la madera en su construcción. El transcurrir del Tajo, verdoso y profundo, por la Campana de Albalat se salvó con un puente que mando construir el emperador Carlos V y, nuevamente, se mandó cortar pinos de los pinares de Talayuela, para la edificación de este puente, además de los mil seiscientos quince maravedíes que aportó este Concejo de La Talayuela…que los dichos pinos de la Ciudad están muy gastados… a causa de la mucha madera que se había dado y gastado en la puente de Albalat, que por Nos se había mandado hacer y con el edificio de la Iglesia Catedral de la dicha Ciudad…y las casas del Consistorio y Cárcel que se habían hecho muy grandes en dicha Ciudad y otros que cada día se hacían tenían necesidad de dichos pinares y aun no les bastaba…

Algo muy nuestro se pegó para siempre a esas edificaciones públicas, y otras que se hicieron después, en Plasencia y su Tierra, pero el pinar del Hornillo y del Moreno continúan ahí, dando ese color verde a la mirada de los niños que ahora lo contemplan por primera vez. Quizás ese tronco alto y retorcido, característico de los pinos de por aquí, lo sea para expresar las sensaciones que en espiral, han de salir de nuestro interior al poner nuestros ojos en ellos. ¡Cómo puede producirnos sensaciones tan reales de solo contemplar su color verde en las copas de los pinos! Ese verde de sus copas, que muchas veces parece alcanzar el azul del cielo y que nace de juntarse con el amarillo del sol y de la luz.
A nosotros, tal vez sin tantos datos históricos que en el pinar se dieron, solo nos baste saber que está ahí, animándonos a conseguir la serenidad necesaria para alcanzar los sueños imposibles y a provocarnos un inmenso respeto por cada uno de sus pinos y por los que cada año nacen de sís mismo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

CUANDO DOBLAN LAS CAMPANAS...

Cuando doblan las campanas de la torre; cuando, con su melodioso son, nos indican sus toques que alguien se ha muerto; cuando abrimos los oídos para ver si algún vecino, quien al igual que nosotros el toque de campana le ha sacado a la ventana, nos dice ¿por quien doblan las campanas? Cuando por fin cesa el toque que, por un momento nos ha unido con otro mundo, y, como si fuera un consuelo que necesitamos, nos dicen: es una persona mayor la que se ha muerto. A mi me viene a la mente el poema de John Donne; …La muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quien doblan las campanas; doblan por ti.

Nos estamos quedando sin esa generación de personas que nacieron en los años veinte o treinta y que eran nuestro lazo de unión con aquellos tiempos y con aquel pueblo tan diferente de este en el que ahora vivimos. Son ellos la memoria dormida, la memoria que se niega a morir, la memoria que se vuelve a los apacibles años de la infancia y de la que recuerdan con clarividencia absoluta lo vivido en aquellos años. Nos estamos quedando sin esa generación de personas que guardan la vida de Talayuela en cada una de las venas de su cuerpo y junto al vacío que dejan en sus sillones, se une el vacío de dejarnos sin referente de lo que un día fuimos.

Porque vivimos en un pueblo en el que sin duda todo es mejorable, como cualquier pueblo que se precie de serlo. Un pueblo que ha llegado a enamorarnos y en el que, como dice Araceli Moreno, ...no mas pasar las Laborales ya el corazón nos late mas rápido al acercarnos a él. Un pueblo al que echamos de menos cuando nos separamos de él. Un pueblo que trabaja y vive de industrias, de trabajar el tabaco en las fincas y en el Centro, y de los servicios que, unos a otros, nos prestamos en los diferentes negocios. Talayuela es eso y un campo de golf, una circunvalación, un colegio inmenso, personas que transitan sus calles a mediodía…, eso, y mucho mas, para cada uno de nosotros y cuando nosotros estemos tendidos al lado de los pinos, continuara existiendo y siendo amado por otros como nosotros.

Pero cuando nos falte esta generación que se nos está muriendo, quién les dirá a los hijos de nuestros hijos, que bajo el cemento de sus calles se encuentran los rollos con los que antes fueron empedradas las calles. Quién les dirá que la luz del verano reverberaba en el blanco de cal de las paredes de las casas, haciendo daño a la vista de tanta blancura. Se creerán que hubo un tiempo en que había poyos en las puertas de las casas, arrimado a las paredes, en los que nos sentábamos, en animados corros, para pasar los calores que había dejado el sol del día en las paredes de las casas.

Quién les dirá, a los hijos de nuestros hijos, que nuestros abuelos fueron pastores, cuando apenas sabrán ellos lo que es una oveja. Sabrán distinguir la belleza de la luz en primavera derramándose sobre las encinas de la dehesa. Sabrán emocionarse se alguien les relata cómo era el transitar de aquellos compañeros inseparables que eran los pastores y sus perros, siempre atentos a las necesidades del pastor. Comprenderán que había tal comunicación y tan profunda entre los perros y el pastor, que solo un silbido o unas palabras cortas, eran suficientes para que los perros dirigieran a las ovejas a donde el pastor quería. Perros careas, orgullosos mastines, ayudaban a los pastores en los trabajos; pastores que eran portadores de una cultura que se habían trasmitido de padres a hijos.

¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
…Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
JOHN DONNE, Londres (1572-1631)

sábado, 20 de febrero de 2010

AHORA SON ESPAÑOLES POR EL MUNDO...

Ahora son españoles por el mundo, cuando el mundo está a la vuelta de la esquina, y cuando ser español no es sinónimo de nada. Viven en casas envidiables, con trabajos súper remunerados, a veces negocio propio, y se van de copas a lo más selecto del lugar donde viven. Son españoles por el mundo, la otra cara de lo que antes se llamaban emigrantes, con unas diferencias profundas y también algunas semejanzas que les igualan y a la vez les hacen distintos.

El cine, la televisión y nuestra memoria guardan las imágenes de los emigrantes que, con sus escasas pertenencias, salían a trabajar a las zonas más industrializadas de nuestro propio país o a otros destinos de países, ahora cercanos. Se abría paso en la mente colectiva de las familias de Extremadura el eco traído como por el viento a los oídos de los de por aquí, el buen sueldo recibido en los países más industrializados y certeza diaria de las malas condiciones de unas vidas ligadas al campo y al pastoreo.
Ya en el Interrogatorio de la Audiencia de Cáceres, del año de mil setecientos noventa y uno, se dice de Talayuela que, en este pueblo se ve como sin propiedad no pueda haber población, que cuanto mayor es el término (municipal) no hallándose repartido es menor y más infeliz la población y que donde hay muchas dehesas no hay hombres… La emigración se acrecienta en los terrenos de secano y adehesados (nueve dehesas había entonces en el termino municipal de Talayuela) que los va expulsando de su propio suelo para convertirse en emigrantes a unos u otros lugares donde la industrialización se comenzaba a desarrollar.

Hombres, fundamentalmente, que se marchaban a países entonces lejanos, que sintiendo calambres en el corazón, salían de sus pueblos dejando una familia a la que enviaban mes a mes, la parte del sueldo que les ayudara a vivir aquí. Muchas veces, ellos mismos, para aliviar la soledad del corazón, allí creaban otra familia de la que nada se sabía aquí y solo se separaban de ellas el mes de verano que visitaba a los de aquí, a quienes sentían cada vez más extraños en sus vidas. La mayoría de las veces familias enteras buscaban trabajo en esas zonas de España, o en países más industrializados sufriendo la soledad de quienes se encuentran en tierra extraña, con costumbres diferentes, idiomas distintos, y sintiendo constantemente la mordedura de la serpiente de añoranza de su tierra y de los suyos.

Españoles por el mundo, por el ancho mundo, que nos muestran el rostro más amable de unos viajes que muchas veces son sin retorno. Españoles por el mundo y antes emigrantes en condiciones distintas a las actuales. Emigrantes que se asentaron definitivamente en aquellas provincias o países en que les cubrió su tierra para siempre. Otros emigrantes que, a cambio del sacrificio traumático que les provocó el salir del pueblo y el esfuerzo del ahorro, les permitió una pensión de vejez digna, la construcción de una casa propia y un pequeño negocio para sus hijos de aquellos bares, discotecas, restaurantes…que alguna vez pisaron por aquellos lugares donde fueron emigrantes.
Sería muy interesante que se hiciera una página en faceboox para hijos de Talayuela, dispersos por España (o el mundo, que haberlos…) y nos relataran su experiencia de salir de aquí y vivir allí

martes, 16 de febrero de 2010

POR ORDEN DEL SEÑOR ALCALDE, SE HACE SABER...

Por orden del señor Alcalde, se hace saber…. Así empezaba el pregonero señor Floro, el último que lo fue, sus pregones cuando pregonaba por las calles de Talayuela, al son de trompeta tocada para llamar la atención de los vecinos. Se trataba de comunicar algo importante para los vecinos y siempre lo hacia por mandato del señor Alcalde. A continuación venia el propio mensaje de lo que se pregonaba por las bocacalles de Talayuela; el producto que se anunciaba y donde se podía encontrar: el veterinario en las salas del Ayuntamiento, el pescado en la Plaza de las Verduras, el herrero en los Arenales…., si se había perdido algún objeto, y una persona lo encontrara, que lo llevaran al Ayuntamiento. Así, un día y otro día, con lluvia y calor, el pregonero informaba a los vecinos del Concejo de todo lo importante que por aquí pasaba.

Murió el señor Floro, y con él murió su oficio de ir pregonando su pregón por las plazas y las calles. En esta Talayuela de ruidos de coches y de motos que hacen daño a los oídos; de voces de hombres, mujeres y niños; de ruido de música cableada de farola en farola, a lo largo de la carretera; de la música altísima que sale de los coches; en esta Talayuela, digo, parecerá mentira que hubo un tiempo en que un hombre llamaba la atención de los vecinos, con el ruido de una trompeta para anunciarles un pregón que pregonaba.

Sin embargo, al releer lo escrito mas arriba y siendo verdad lo que digo allí, también lo es, que el olor del ambiente de Talayuela, aún es de pueblo; aun huele a tierra mojada cuando llueve; aún en primavera, el ambiente se llena del aroma de las plantas que crecen en la dehesa; aun se oye el sonido de algunos animales, aunque el trabajo ya no sea el mismo de entonces. Aún es posible imaginarnos que otro pregonero, también por orden del señor Alcalde, haga saber que ocurren cosas importantes en nuestro Concejo y que merece la pena pregonar. Entre lo importante que sucede en nuestro pueblo están las Ferias y Fiestas de San Marcos.

Ya se ha escrito en la página de faceboox que también, por orden del señor Alcalde, el pregonero de las Ferias y Fiestas de San Marcos, será El Grupo Solidario de Talayuela. No sé a quien felicitar primero si al señor Alcalde por haber tenido esa sensibilidad de elegir tal pregonero, o a El Grupo Solidario por ser quien le pregone las Fiestas.

Nunca pregonero ninguno representó tan ampliamente a Talayuela. Al ser pregonero este Grupo, en el que casi de todas las casas de Talayuela tienen un integrante, la numerosa asistencia a ese acto está asegurada. Es un grupo que lleva realizando una actividad solidaria durante ocho años y algunos de esos años, como el de este por Haití, haciendo doblete. Estaremos todos de acuerdo en que nunca ningún grupo vecinal duró tanto tiempo y ser pregonero de las fiestas de san Marcos, es un reconocimiento que el Sr. Alcalde, en nombre de Talayuela, les querrá hacer. No solo hay que decir de este Grupo que lleva ocho años trabajando, sino que además esta formado por una variedad de personas de diferentes edades, pensamientos, sentimientos… que lo han puesto todo al servicio de la Solidaridad.

Pues que nos pregonen esas Ferias y Fiestas de San Marcos en la que nos inviten a ocupar las plazuelas y las calles con la alegría de la fiesta; que nos inviten a romper la monotonía del trabajo diario; que se dé el compañerismo entre los convecinos; que las madres reúnan en su mesa a todos los hijos ausentes durante el año y les preparen las mejores comidas.

Y ahora que todos son enhorabuenas para este Grupo, y es verdad que se las merece, también convendría que recordaran a otras personas, que ya no están en Talayuela permanentemente, pero que su contribución fue muy importante, en los difíciles primeros años de la andadura del grupo.

sábado, 13 de febrero de 2010

DESDE QUE LEÍMOS QUE DON QUIJOTE...

Desde que leímos que a Don Quijote, por habérsele nublado la mente, viera en los molinos de la mancha unos grandes gigantes que debería derribar con solo su lanza, comprendimos qué poca cosa es necesaria para traspasar el límite que separa el mundo de la locura y el de la cordura. A veces tenemos un tremendo temor a traspasar con nuestra forma de ser ese fino límite que separa un mundo de otro. Procuramos que nuestras acciones estén dentro de lo que piensa la mayoría de las personas que se encuentran a nuestro lado, creyendo erróneamente que lo que hace la mayoría da validez a un comportamiento, y nos entra un desasosiego interior si alguna vez hemos traspasado ese estrecho límite.

Para definir ese mundo de las actuaciones sensatas usamos la palabra cordura, que viene de una raíz (cor…) que se usa en latín para definir el corazón. Y, en este campo, es donde más fácilmente podemos traspasar ese estrecho límite de la cordura y la locura. Es con el corazón con el que tomamos la mayoría de las decisiones que nos afectan a nuestra vida por que sabemos que, ese mundo del corazon, es mucho más amplio, tiene mas matices, es mucho más sugerente y arriesgado que el mundo de la razón. La belleza de la mirada del corazón sobre cualquier realidad siempre la hace mas apetecible de decidirnos en su favor que la posibilidad de elegir lo correctamente sensato porque es mucho más limitado. El corazón nos sitúa sobre un techo de cristal tan nítido, como fino es el límite entre un mundo y otro, y, nos pone, ese agujero en el dique de nuestras emociones que se pueden convertir en una avalancha desbordante incapaz de controlar posteriormente.

Cuántas decisiones hemos tomado a lo largo de nuestra vida con las que hemos rozado el límite frágil de ambos mundos y en cuantas nos hemos sumergidos compartiendo del todo la mente nublada de Don Quijote y andando por nuestra vida con un rehilete de papel en la mano, símbolo evidente de locura. Cuantas veces hemos bordeado el estrecho limite sin atrevernos a pasar de la raya porque sabíamos que de hacerlo nos introducíamos en un mundo que nos producía pavor. Cuentan que los conquistadores de América cuando querían que los soldados no traspasaran un límite, después de trazar una raya en el suelo con su espada, decían a sus soldados: ¡más allá hay dragones!

También en Talayuela existían rayas que no podíamos sobrepasar en nuestros juegos infantiles pues de hacerlo entrábamos en las prohibiciones advertidas. Por la zona sur había un límite que era La Higuera Loca. Se llamaba así esta higuera por las ramas y los tallos que le crecían viciosos y pujantes, como sin control alguno. Ella dominaba aquella callejuela y solo hasta allí, y entre sus brotes viciosos escondernos, podíamos alejarnos, sin pasar la raya, en la imaginada libertad de nuestros juegos infantiles. Después crecimos y sobrepasamos aquella raya, llegamos al cerro de las cabañas, y recorrimos todos los caminos posibles pasando todas las rayas que en ellos había. Y fue entonces, tal vez sentado al borde de algún camino, cuando comprendimos que la raya que no podíamos sobrepasar estaba en nuestro interior, dentro de nosotros. Y vinimos a comprender que, el límite de la locura y de la cordura, es solo un techo de cristal que, con el paso del tiempo, se va desplazando hacia arriba.

domingo, 7 de febrero de 2010

LA VIDA ESTA LLENA DE ENCUENTROS...

La vida está llena de encuentros aparentemente casuales que suceden a nuestro lado todos los días de nuestra existencia. Algunos de ellos, motivados porque nos han dado un vuelco en nuestro interior, les seguimos la pista y se incorporan a nosotros formando parte de eso que llamamos nuestra vida. Nos comparten y parten, y solo porque dimos nuestro asentimiento en un instante destinado a ser efímero, que a nuestro lado vino a ser duradero, pasamos del vértigo a la serenidad.

Otros encuentros son compartir un momento único, que solo nos pertenece a nosotros, y después cada uno sigue su camino. Pero para siempre quedamos unidos, por el recuerdo de un instante fugaz, y por un poso que se asienta en nuestra memoria, al que, alguna vez, recurrimos para que la mente imagine cómo habría sido nuestra vida si les hubiéramos seguido el rastro. Y el momento fugaz se mantiene joven en nuestro recuerdo y, además, con el poder de llevarnos al arrebato cada vez que lo recordamos, pues se ha convertido en una reserva de fuerza que aflora si la vida nos pone a prueba.

En cualquier caso, unos momentos y otros, no hacen sino poner de manifiesto lo valioso de la vida que tenemos entre las manos y lo sorprendente que puede ser cada encuentro aparentemente casual.

Existe un encuentro casual en Talayuela en el que quedaron unidos para siempre un pez y una fuente. Las charcas, quebradas, regatos, arroyos, fuentes…que rodean a Talayuela y por estar asentada sobre un terreno arcilloso, que impedía la evaporación del agua de las charcas en verano, era el lugar indicado para que se desarrollaran las larvas del mosquito anopheles. La picadura de este mosquito producía el paludismo y, era tanta la cantidad de ellos, que se nombró a Talayuela el mayor foco palúdico de España. Se creó un Instituto Antipalúdico que ejercería una influencia médica sobre todo el mundo.

Italia, con mayor índice de mortalidad de esta enfermedad, solicitó le fueran enviadas gambusias desde América, donde este pez era muy abundante y se comía las larvas del mosquito anopheles. El envió se hizo por barco y dadas las condiciones, de las cientos de miles que se embarcaron, cuando el barco llegó al puerto de Barcelona, solo quedaban con vida unas docenas. Desde Talayuela se envió al mozo de laboratorio del instituto antipalúdico que aquí se había creado, al Señor Sanguino cuyos familiares aun viven entre nosotros) para que trajera las gambusias que quedaran con vida. En Barcelona le entregaron catorce peces y, tras un largo viaje en tren, provisto de un recipiente con flotadores de corcho que evitase en movimiento de la agua, llegaron seis gambusias con vida. Se echaron en las aguas de la Fuente de El Roble y de aquella media docena de pececillos, salieron los miles que poblaron toda la zona del Mediterráneo hasta erradicar el mal.

El pez y las aguas de aquella fuente compartieron un momento único en sus vidas con sabor cieno, ambos dieron lo mejor de si, y después, cada uno continuó su largo camino. Las crías de aquellas gambusias fueron a repoblar los países del Mediterráneo, la Fuente de El Roble fue al descuido y al olvido de la importancia que tuvo en erradicar la enfermedad, pero durante un instante, la fuente y el pez, tuvieron a miles de vidas en sus “manos”.


Soneto a la Fuente del Roble.

Rumor en fuente, que del Roble llaman,
a beber tus aguas vuelve sediento,
sabor a cieno por el pensamiento,
quien por las gambusias sus voces claman.
Genista ambarina te cubre y besa
cuando indolente te cubre el pino
tu agua y su sombra dan al camino
de salvar la vida, firme promesa
Siquiera un momento me enamorara.
Que del estómago, mi mariposa,
junto al verde pino revoloteara.
Dice la Luna: Fuente misteriosa:
voces de vida, llevas agua clara,
la salud curada, en tan poca cosa.