martes, 12 de julio de 2011

¿TE ACUERDAS...?

Ahora que las noches de verano son tan largas; ahora que estoy releyendo Café Arcadia y vuelve el autor con aquello de que “el niño de ayer es el padre del hombre que somos hoy”; ahora dejo el libro en la mesa de la terraza, donde salí a tomar el fresco y leer, recuerdo un PowerPoint que me han enviado y del que tomo algunas frases, y me pongo a escribir pensando en ti, en mí, en nosotros.


Te acuerdas de aquel tiempo en que las decisiones más importantes para nuestra vida se tomaban cantando un práctico: pito, pito gorgorito... ¿Donde vas tu tan bonito?...la decisión verdadera se toma ahora ¡pim, pom, fuera! Y la decisión se tomaba sin tanto darle vueltas en la cabeza, sin revisar las aristas y las variables que ahora, siendo adultos, hay que tener presente en cada decisión que tomamos y nunca sabremos si fue la decisión verdadera. ¿Te acuerdas?


Te acuerdas cuando se podían detener las cosas que se complicaban con un simple...”esto no vale”. ¡Trampa! Con estas mágicas palabras se volvía al inicio del juego eliminando lo conflictivo de las situaciones como si realmente no hubieran existido nunca tales momentos. Los errores volvían a la nada diciendo inocentemente: ¡empecemos otra vez! Lo negativo de las actuaciones se marchaban a hacer puñetas como aquellas letras que mal escribíamos en la pizarra negra con la tiza blanca y de la que colgaba un trapo para borrarlas. Lo difícil, lo que nos desquicia, el resultado de nuestras propias acciones, se podrían volver a borrar con aquel trapo. ¿Te acuerdas?


Era en aquel tiempo en el que descubrías todas las fuerzas que llevabas dentro si algún amigo te decía: ¿A que no eres capaz? Y la suerte del novato te acompañaba y te zambullías en las aguas de Cuartos en una caída perfecta de cabeza que ya nunca se volvería a repetir. O cuando, tras escuchar aquellas palabras que te decía algún amigo, corrías, que parecía que el corazón se te salía del pecho, hasta llegar, en el menor tiempo posible, al punto de la carrera. ¿Recuerdas? ¿A que no eres capaz?


Te acuerda cuando la palabra ¡guerra! solo servia para comenzar a tirar tizas y bolas de papel durante las horas de clase cuando D. Leocadio, D. Salustiano, los maestros, tenían que salir al patio y nos dejaban al cuidado del listo de la clase al que no hacíamos ningún caso. El mas poderoso cañón jamás inventado era aquel bolígrafo Bic, al que le sacábamos la carga de tinta, introducíamos bolitas de papel y soplábamos con tanta fuerza que siempre acertábamos en el blanco deseado. El arma mas poderosa, eficiente y moderna en nuestras manos eran los globos de agua. ¿Te acuerdas? La mejor recompensa era un vaso de leche americana en el recreo para después intentar hacer el gran negocio de nuestra vida cambiando los cromos que teníamos repetidos, que nos daban con la tableta de chocolate Quintín, por el que llevábamos soñando eternamente los escasos minutos antes de caer rendido por el sueño.


¿Te acuerdas? Ahora que ya son más los días vividos que los que nos quedan por vivir; ahora que las palabras ya tienen otro significado mas desgarrador; ahora que corremos casi sin fuerzas tras otros negocios; ahora, me parece que merece la pena vivir, saborear, mirar y admirar, y verlo todo con los ojos del niño que fuimos, simplificando lo mas posible todo lo que viene a nuestro alrededor.