jueves, 23 de agosto de 2012

LAS FIESTAS DE LA VIRGEN DE AGOSTO SON MUCHO MAS QUE UNAS FIESTAS.

Las fiestas de la Virgen de Agosto en Talayuela son mucho más que unas fiestas. Ellas tienen un plus que supera todo lo que se ve y las enmarca dentro de lo que se lleva en el corazón y que es tan cierto como lo que ven nuestros ojos.

Todas las fiestas patronales tienen su origen en la fundación, o del pueblo, o del templo principal, que se ponía siempre bajo la protección de un santo titular. Tienen, por lo tanto, un fuerte carácter religioso pero que a su lado se han ido incorporando tradiciones seculares, folklóricas y, últimamente, atracciones de feria y música. 

Lo curioso del Talayuela es que el titular de la parroquia es san Martín de Tour, santo obispo francés, que se le suele representar iconográficamente como soldado romano y partiendo la capa con la espada para dar la mitad a un mendigo; por este motivo, san Martín se convirtió en patrono de los soldados y los mendigos. En el retablo de la iglesia de Talayuela esta representado como santo obispo. Su fiesta se celebra el once de noviembre, época en la que comenzaba la matanza del cerdo y de ahí viene la expresión de que “a cada cerdo le llega su san Martín”.

San Martín es el patrón pero las fiestas patronales son las de la Virgen de la Asunción. No existen datos de cuando ni por qué se cambiaron estas fiestas. Pero mantienen ese fuerte carácter religioso con misa, procesión y ofertorio. Las atracciones de feria y música, el Ayuntamiento de Talayuela, las trasladó al fin de semana anterior y quedó deslucido el día de la patrona de Talayuela, desvinculando lo religioso de las otras tradiciones seculares. Si este argumento puede valer para las ferias de abril, por que al trasladarlas al fin de semana más cercano al veinticinco, vendrían más personas de otros lugares a la feria de San Marcos. El mismo argumento no vale para las fiestas de agosto pues solo los de Talayuela, o personas muy vinculadas a este pueblo, somos los que nos desplazamos para celebrarlas. Si las ferias de abril nacen con vocación de aglomeración de personal, la llaman Sevilla la chica, las de agosto son, solo y exclusivamente, con marcado carácter de reunión de familia del pueblo. 

El ofertorio, después de la procesión, ofrece la posibilidad de pujar por alguna ofrenda, en atención a algún favor recibido de la Virgen, y de encontrarte con personas que hace tiempo no se ven y relatar todo lo acontecido en la vida de cada uno con mucha satisfacción en el rostro y en el alma.

Este año me he encontrado con personas, que no veía desde hace mucho tiempo, y el relato que me han hecho bien valdría para escribir un libro sobre ellos mismos. Solo tres ejemplos:
Carmen, de la familia de “tío Marceliano”, que se marcho de Talayuela hace mucho tiempo y que mantenía la añoranza arañándola en el corazón por su pueblo, Talayuela. Casada, con hijos que apenas tienen vinculación alguna con Talayuela, un bien día, su marido le dice: como se las querencias que tienes por tu pueblo, he comprando una casa allí para que podamos ir cuando quieras. Más bonito, y mas caro, que un poema de Machado, fue la impresión que recibió Carmen aquel día.

Mercedes- creo no equivocarme en el nombre-  de la familia de “tío Félix, el albañil, que se marchó hace muchos años a Francia, me cuenta que tiene una hija que es religiosa de clausura en un monasterio francés. Ni con el mismo Papa quería en emperador Carlos V, hablar en castellano. Es una lengua, decía, que reservo solo para los castellanos y Dios. Nadie más puede conocer tanta riqueza de vocablos. ¡Alguna palabra en castellano sabrá esta religiosa de clausura para hablar con Dios! Una prima suya, también de la familia de Felix, el albañil, es religiosa en un país sudamericano.  Esta más dedicada a la acción social que a la clausura de aquella.

Eduardo, sacerdote de los Sagrados Corazones, natural de Talayuela, me cuenta que se marcha a Filipinas a trabajar en una parroquia de miles de habitantes. Resulta que los “Últimos de Filipinas” no fueron tales.

Y así se pueden ir relatando encuentros con personas que van desgranando su vida, a grandes rasgos, y que todas tienen un elemento común: las querencias por Talayuela y las vueltas que nos da la misma vida a todos para venir a encontrarnos en las Fiestas de Agosto. Las fiestas de la Virgen de Agosto en Talayuela, sin duda, son mucho más que unas fiestas.

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