martes, 23 de octubre de 2012

DE LAS VACACIONES DE VERANO EN SAN PEDRO DE CARDEÑAS-1

-Rey, yo vos dono a Babieca. Mi caballo corredor.
-Entonces respondió el rey: eso no querría yo.
Si yo lo tomo el caballo no tendría tan buen Señor.
Tal caballo como aqueste es para tal como vos.
Para vencer a los moros y ser su perseguidor.
Por vos y por el caballo el honrado somos Nos.

DE LAS VACACIONES DE VERANO EN SAN PEDRO DE CARDEÑAS.

De la historia de España ordenada por Alfonso X, el Sabio.
Dice que a mano derecha de la puerta antigua de este monasterio, entre dos grandes Olmos, fue donde se enterró Babieca, el famoso caballo del Cid.
Los tocones de dos árboles fueron hallados aquí, en la excavación hecha a expensas del duque de Alba, quien hizo poner este hito.

HOY ME HAN ENVIADO UN POEMA DE VICTOR HUGO

Hoy me han enviado un poema de Víctor Hugo que me ha traído a la memoria una foto que hice este verano del quiosco de Juanjo en el que hay un graffiti que, con grandes letras, dice: ¡Te Amo¡

Seguramente ese adolescente no habrá leído el poema de Víctor Hugo. Seguramente le sudaban las manos, su corazón se le aceleraría, apenas le saldría la voz cuando estaba con la chica y pensó que lo mejor era decírselo en un graffiti. Seguramente ahora se sonrojara cuando vea su graffiti en el quiosco de Juanjo pues para un adolescente la eternidad solo dura tres días. Y aquella persona que le parecía tan importante antes, ahora ya, cuando la vea, no le hará estremecer su cuerpo como entonces.

Recuerdo que siempre leí que los primeros amores no importan que no sean eternos – casi nunca lo son- pero lo que si importa es que se tenga buen recuerdo de ellos. Que sean una buena experiencia para el adolescente  pues eso le esta capacitando para saber descubrir a la persona con quien quiere compartir su vida ya en la edad apropiada. Todos conocemos a personas que una mala experiencia les imposibilito para ello, les dejo un poso de amargura en su interior y una mirada viciada.

“Te deseo primero que ames/ y que amando también seas amado. Que, de no ser así, seas breve en olvidar/ y que después de olvidar no guardes rencores” (Víctor Hugo)