miércoles, 13 de junio de 2012

VIAJE A LOGROSAN (I). SAMUEL EDWARD COOK

Como todos los años, la Obra Social de Caja Extremadura, continúa editando libros de viajeros que pasaron por Extremadura. Este año le ha tocado al títulado: Un viaje por Extremadura, del autor inglés Samuel Edward Cook. El viaje lo realiza en la primavera de mil ochocientos cuarenta y tres y el motivo del mismo es llegar a Logrosan donde se encuentran unas minas de Fosfato para, debidamente tratado, exportarlos a Inglaterra como fertilizante para su agricultura

Samuel Edgard Cook no pasa por Talayuela, no caía dentro de su ruta, pero si hace una descripción del paisaje y lugares cercanos que merece la pena recoger aquí.

“Dejamos de Madrid muy temprano en la diligencia de Badajoz, habiendo sacado billete hasta Trujillo donde íbamos a llegar la noche del tercer día. La distancia es solo de 41 leguas y debería ser posible recorrerlas en mucho menos tiempo pero la carretera es mala y la administración la peor de España. Nunca habían sido muy buenos pero ambos han retrocedido bastante desde que viaje en la línea en el 1831.

El carruaje no se llena casi nunca y, según me informaron, los escasos beneficios se los come un enjambre de empleados. Teníamos solo dos caballos de tiro o relevos de mulas para cada día de trabajo. Y el modo de trabajar era empezar a las dos de la mañana y continuar hasta donde el primer tiro pudiera llegar; luego parábamos para desayunar y después el siguiente tiro se enganchaba al carruaje hasta el momento de parar por la noche por lo que casi nunca podíamos dar un paseo. Todo se hallaba en una escala proporcionada: el carruaje espantoso, de pequeñas dimensiones, dividido en dos compartimentos y sin cupé. Estaba muy lleno y nos encontrábamos muy apretados. El grupo sin embargo era gente muy agradable y simpática. Mis vecino  de enfrente, un propietario de Badajoz y uno de los hombres mas informados que me encontré en España, era de la vieja escuela y conocía a lord Hill y a otros oficiales de aquella época.

Nada puede ser más sombrío que el paisaje en esta carretera durante leguas y leguas. Los pueblos están mal construidos y muy distantes los unos de los otros; sin embargo la tierra es fértil y hay signos de mejora en la agricultura. Las mujeres estaban arrancando las malas hierbas del cereal, una práctica util que he visto en unas cuantas partes de España. Hay algunos sitios que con un poco de cuidado por parte de los propietarios podrían adquirir un aspecto diferente. Los campos en algunos lugares están cercados, una práctica completamente nueva que se está comenzando en muchas partes de España y de cuyas considerables ventajas se están dando cuenta.

A la derecha según avanzábamos estaban las magnificas vista de las montañas del sistema central que forman el fondo de un bonito escenario de bosques de encinas, alcornoques y otros árboles. En esta zona el terreno difícilmente puede ser sobrepasado en belleza natural y fertilidad. Pero a excepción de un cortijo, granja o lugar de caza aquí o allí esta esplendida región, cuyo clima si no es el mejor de España casi el mejor y el terreno adecuado para cualquier tipo de  de producto, es ahora un desierto deshabitado.

El cultivo consiste en trigo, centeno, cebada y garbanzos, la legumbre del país; hay abundancia de vino y aceite y no se necesita nada más sino un buen gobierno que ayude a la mano generosa con que la providencia ha esparcido sus regalos por esta bella región.

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