viernes, 18 de diciembre de 2009

Soy de Talayuela



Soy de Talayuela. Los fríos aires de diciembre fueron los primero que respire tras los azotes de una vecina que hacia las veces de comadrona. Nací en una casa de planta baja y hecha con adobes encalados, como eran todas las casas entonces. Crecí en la calle, entrando y saliendo de las casas de los vecinos que también eran amigos.

Ya adolescente aprendí a mirar a Talayuela con los ojos que se abren a la vida y mi mirada se quedaba como enganchada en cada rincón de las tres únicas calles que existían. La mirada pasaba del cielo de un azul purísimo al verde de los pinos, las encinas y los campos en primavera. Distinguía los olores de la tierra mojada, el cantueso de la dehesa, y la leña de pino al quemarse y que el humo de las chimeneas desparramaba por cualquier rincón de las calles.

En Talayuela aprendí lo que sé, pues el pueblo siempre da la estructura mental a nuestro pensamiento en el que después enganchamos lo que vamos aprendiendo a lo largo de la vida. En ese sentido me gusta decir que yo soy de pueblo, y lo soy, porque ha sido Talayuela quien me ha dado su forma de ser. A veces pensamos que poseemos a los pueblos en los que vivimos y creo que no es cierto, son los pueblos los que nos poseen a nosotros. Seguramente todos nos sorprenderemos haciendo cosas que, al ser consciente de los que hacemos, pensaremos que eso mismo lo hacian nuestros mayores.

Siempre que hablo de Talayuela digo mi pueblo. Ese posesivo que antepongo al nombre se que no es una propiedad en solitario, solo mía. Talayuela es de todos los que hemos nacido en ella y de todos los que ahora viven aquí. Todos juntos hacemos el rostro de Talayuela y lo presentamos al exterior como la única cara que ahora tiene nuestro pueblo.

La Fuente del Roble, el pozo de la Fuente de Abajo, el pinar del Moreno, el Cerro Cabezo… y otros tantos lugares están en la memoria colectiva de todos. Los distintos barrios, los caminos, las fiestas de la Asunción o San Marcos, las casas, las calles y las gentes, nos evocan parte de lo que somos cada uno de nosotros. Soy de Talayuela pero todos somos Talayuela.

3 comentarios:

  1. Me he encontrado esta página por casualidad, y me ha encantado leer y leer sobre Talayuela.
    Yo también viví en Talayuela, fueron diecisiete años, los primeros y mejores de mi vida.
    Viví en el "campo escolar",mi padre Leocadio y mi madre Cándida.
    Seguiré leyendo por aquí.

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  2. Nena, desde Zamora.
    Un beso a quien quiera que seas, anónimo.

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