domingo, 17 de octubre de 2010

DESDE SIEMPRE SE HA COLABORADO ECONOMICAMENTE...

Desde siempre se ha colaborado económicamente, más o menos voluntariamente, en el sostenimiento de las distintas instituciones a través de los impuestos. Uno de los más antiguos, y firmemente arraigado en los países de tradición cristiana, es el diezmo y que tiene origen bíblico. Cuando se repartió la tierra prometida entre doce tribus que formaban el pueblo de Israel, la tribu de Leví no obtiene parte de esa tierra porque su trabajo será servir en el templo: yo doy como herencia a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel en compensación por los servicios que prestan en la tienda del encuentro. (Números 18:21)

En los países de tradición cristiana un mandamiento religioso obligaba a pagar el diezmo a la Iglesia. De este Diezmo nadie estaba exento: “ninguno non se puede excusar de lo non dar” (Alfonso X, el Sabio). El reparto de ese diezmo era de un 33% para el Obispo, otro 33% era para el párroco, un 11% para el sostenimiento de los templos y otro 23% iban destinados a la Hacienda Real o a los Señores, si es que eran dueños del territorio. En el año de 1841, la llamada ley de Espartero, suprimió definitivamente la entrega de este Diezmo, una vez que desamortizo los bienes pertenecientes al clero y ordenó que las obras a realizar en los templos debían de ser sufragadas, en parte, por los vecinos. Existían otros impuestos como Las Alcabalas, que percibía el rey, y que gravaban las compraventas y todo tipo de transferencias. Los derechos de portazgo – tributo a pagar por pasar- en puentes, barcas... y otros muchos más.

No era difícil que el rey, en orden a sufragar algunas guerras, reclamase a la Iglesia parte de ese Diezmo. Así, el papa Pio V, en el año de 1571, concede al rey Felipe II que, para sufragar la guerra contra los turcos, pueda coger los diezmos de una familia de cada parroquia. Talayuela se niega a pagar ese Diezmo al rey Felipe II pues se entiende que: “el Lugar de Cuacos tiene por anexo al lugar de La Atalayuela, que es todo una parroquia y una Dezmería”.

Aquí copio un pleito del año de 1712 entre un vecino de Talayuela – Pedro Álvarez- y otro vecino de Aldeanuela –Don Andrés Godoy- sobre arrendamientos de pastos menudos y la necesidad de dezmar en Talayuela, lugar a quien pertenecen los terrenos arrendados y donde se asiste espiritualmente a las personas y no en Aldeanueva de la Vera, lugar de residencia del arrendador.

En 30 de enero de 1712.


“Manuel López Carrasco en nombre de Pedro Álvarez vecino de la Villa de la Talayuela y arrendador del Diezmo menudos de dicha Villa, frutos del año de mil setecientos y once como más aya lugar, pareció ante vuestra mercedes y en virtud de su poder que presentó y juró, digo que dentro del dezmatorio de dicha Villa y en la dehesa de ella son pastado y pastan los ganados vacunos de Don Andrés de Godoy, vecino del lugar de Aldeanueva, en que entran por el día de San Miguel y están hasta el de San Juan en cuya dehesa crían los becerros y en dicha Villa administran los Santos Sacramentos a los criados y pastores del susodicho por cuya razón deben ser dezmados en dicha villa, y pagarse a mi parte, el diezmo que le corresponde lo cual se excusa de hacer el dicho Don Andrés de Godoy con el pretexto de haber de dezmar en dicho lugar de Aldeanueva, por tanto, pido y suplico a vuestra merced, se sirvan de mandar al dicho Don Andrés de Godoy no pague el dicho diezmo de su ganado a otra persona que no sea a mi parte y que si lo hiciere lo volverá a pagar y que se haga saber al dezmero de dicho lugar de Aldeanueva para que le pare el perjuicio que haya lugar que les de su Juez, que pido costas y dinero etc. Rúbrica: Carrasco”.

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