jueves, 22 de abril de 2010

LAS FIESTAS DE SAN MARCOS DE TALAYUELA TIENEN ESA VIRTUD DE PEGARNOS UN PELLIZCO DE NOSTALGIA EN EL ESTÓMAGO...

Las Fiestas de San Marcos de Talayuela tienen esa virtud de pegarnos un pellizco de nostalgia en el estómago y hacer, también, que revoloteen mariposas en él, como si fueran dos caras de la misma moneda. Son como esas cenas con amigos en las que todos nos sentimos dichosos y felices de estar juntos hasta que salta uno de los contertulios y dice: ¡si estuviera aquí fulanito de tal, ya estaríamos haciendo tal cosa! Y es, entonces, cuando se nos pega el pellizco de la ausencia en el estómago, por el recuerdo de las veces que los amigos ausentes nos provocaban revoloteos de mariposas en el mismo. Porque en la cena de amigos, o en las mismas ferias de San Marcos de Talayuela, falte quien falte, siempre faltará una parte de ti mismo. Siempre estaremos incompletos si nos falta un amigo, pues esa parte de tu vida que compartimos con él, solo volverá a ser real, si el está junto a nosotros. Hemos sido junto a los amigos con quienes hemos hecho esa obra maestra que es, siempre, una etapa en la vida de cada uno.

Así, también, son las Fiestas de San Marcos de Talayuela. No bien paseamos el ferial y comenzamos a ver imágenes, como si de una película se tratase, de las otras veces que hemos paseado ese mismo espacio, sus casetas, sus atracciones… y de quienes estaban con nosotros a nuestro lado. La belleza de los caballos, de la música, de los turroneros a los lados de la carretera, de las atracciones revoloteando por encima de nuestras cabezas, nos trae a la memoria la belleza de la amistad compartida. Toda esa liturgia de preparar la fiesta y de vivirla es hacer la arquitectura de la vida de cada uno y de las amistades que nos han acompañado. No hemos vivido igual cada una de las fiestas de Talayuela por no haber tenido, por suerte, siempre la misma edad para vivirlas ni, por desgracia, los mismos amigos para compartirlas.

Las primeras fiestas de las que tenemos memoria hacen referencia a la finca de San Marcos… otra finca … de San Benito…que es del Excelentísimo Marques de Mirave, que es de la que hai noticias de su extensión que son diez leguas…. Año de 1971 y solamente cuarenta y cinco vecinos, labradores los mas, que con corta diferencia son treinta, y el resto se compone de viudas, jornaleros, cirujano, sacristán y escribano…

Eran, propiamente aquellas que se celebraban en la finca de San Marcos, las Ferias de comprar y vender ganado y demás ajuares necesarios para la vida diaria. Aquellas no eran fiestas de amigos sino paternales, vecinales. Hasta aquel lugar no se podía ir, siendo niño, por tus propios pies; se iba amparado en la tutela de los mayores lo que no quitaba que hubiera tiempo para escapadas fuera del circulo de las encinas que se asignaban a cada pueblo. El Marques cortaba la leña que se consumían en las hogueras alrededor de las cuales se contaban las noticias y los sucedidos, a las personas conocidas por las Ferias de otros años y de otros pueblos, y que en la presente ya no estaban. Desde siempre las Ferias conservaron ese componente de repasar un poco lo que se había vivido hasta entonces y de acordarse de quienes ya no las pueden vivir este año en el que estamos.

Eran aquellos años en los que desde este balcón del Ayuntamiento de Talayuela no se hacían ningún pregón de Ferias y Fiestas, pues solo lo eran las de La Virgen de Agosto y todo era en un plan muy nuestro. En cambio si comenzaban a prepararse proyectos que harían a la Talayuela que hoy conocemos. Proyectos para… construir en esta villa 27 viviendas de “renta limitada” en el tipo de 1.753. 537,24 pesetas… Corría el año de mil novecientos sesenta y cinco y, también, en el mes de abril se abrieron los sobres de los “constructores” que deseaban hacer esas viviendas.
Entonces la amistad recién estrenada tenía olor a tinta en los dedos y en la ropa, olor a tiza blanca, sabor a leche y queso americano que nos daban en los recreos de la escuela. Daban las once menos cuarto en el reloj de la Torre de las Iglesia y el maestro nos mandaba a recoger la gran olla humeante de leche americana que había preparado una vecina del pueblo. Al salir al patio nos tomábamos la leche en vasos de metal que llevábamos de nuestra propia casa.

Entonces la amistad era de compañeros de travesura, de correrías por los barrios, si barrio podía llamarse a aquellas casas. Tenia sabor a sangre de las piqueras hecha en las peleas de niños con fuerzas recién estrenadas, de estar en la calle lo más del tiempo y de experimentar la amistad con ese sentido fraterno de pertenencia a una calle, a un grupo de niños que se abrían a la vida como esparramaban los ojos ante todo lo que les rodeaba.

Después vinieron las Ferias y en el cerro Cabezo era la exposición de animales para comprar y vender. Era el tiempo de los Feriantes, de los gitanos lorquianos, de los vecinos venidos de otros pueblos…de las mulas y los caballos, de las cabras y las ovejas, de las vacas suizas y de las de las de Ávila para tirar del carro. Fue entonces cuando comenzamos a comprender que el honor de un hombre estaba en su palabra y que si esa palabra se cerraba con un apretón de manos ya estaba todo dicho y hecho para siempre… ¡por malo que hubiera sido el trato!

La amistad era entonces el descubrirse en su mismidad, de la pandilla de amigas y amigos, del separarse algunos para una mayor intimidad, de las comidas en el campo, de los secretos compartidos, de los libros, de los enfados, del mirarse y entenderse y saber que trastada te estaban pidiendo que comenzaras para continuarla. La amistad era considerarse personas con distinta personalidad; temores, ilusiones, fortalezas, apoyos, proyectos rotos y rehechos nuevamente. La amistad era las frases de amor escrita en servilletas de papel del bar donde se pasaban aquellas interminables tardes de los domingos de invierno. La amistad era los pueblos de la Vera, la Garganta de Cuartos, la leche Helada, las fiestas de otros pueblos, el carmín recién descubierto en los labios, la Granja. Entonces la amistad era lo que es ahora ya y para siempre.

Después las Ferias se fueron apartando de su concepción originaria y buscando su nueva forma de ser en un pueblo que ya no dependía de los animales para la vida y el trabajo diario. Pasaron a ser las Fiestas de Talayuela y encontraron su nueva forma de ser y de vivirse en un pueblo que siendo el mismo era distinto. Vinieron las casetas de las Peñas, los trajes de faralaes, las sevillanas, los caballos como animal bello y adorno de las Fiestas, los pregones y los pregoneros.

La amistad es entonces la de saber encontrar las nuevas formas de pervivir mas allá de la relación diaria que ya no existía por que la vida nos había llevado por sus propios caminos. La amistad es ahora la de verse de vez en cuando, una llamada por el móvil, un toque en una pagina de faceboox, un encuentro fortuito en cualquier calle de Talayuela y volver a reiniciar la conversación con la misma confianza, fuerza y pasión como si la hubiéramos dejado pendiente la anoche anterior. Al igual que las Fiestas de Talayuela se adaptaron, también se incorporaron a nosotros otras personas, que llegaron a ser tan amigas como las primeras, y nos sorprendemos al saber que no han estado siempre ahí sino que han venido de la mano y en el corazón de otros, y se quedaron, también, para siempre, a nuestro lado.
Así, como las Ferias y Fiestas de San Marcos se han quedado ya para siempre en Talayuela, así se han quedado a nuestro lado las amistades que crecieron con ellas. ¿Cómo pudiste sobrevivir lejos de este pueblo?, le preguntaron los amigos del pueblo del que venía para asentarse en Talayuela. Respondió: ¡porqué encontré la amistad en alguien que la primera vez que nos vimos me pareció insoportable! a la vez que saca una foto que siempre lleva consigo y, continua diciendo, sé que es solo una hora lo que nos separa si yo necesito de su presencia. Así son las amistades que crecieron con las Fiestas de San Marcos de Talayuela y que hacen que revoloteen mariposas en nuestros estómagos y nos den un pellizco de nostalgia al acercarse el mes de abril.; así, también, las amistades que generaron afectos profundos, duraderos y completamente libres.


DEDICADO AL GRUPO SOLIDARIO DE TALAYUELA QUE HOY PREGONA LAS FIESTAS DE SAN MARCOS 2010; A LA AMISTAD Y AL RESPETO QUE LES UNE Y CON EL QUE HAN CONSEGUIDO TANTO EN FAVOR DE MUCHOS.

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