miércoles, 30 de junio de 2010

PARA EL NIETO - O NIETA - RECIEN NACIDO DE ROSA MARIA SANCHEZ PORRAS...

Dormido entre las sabanas del hospital, o mostrándote en alto los orgullosos brazos de tu abuela Marta cuando apenas podías mantener la cabeza erguida; cuando apenas tenias instantes de vida, horas de vida, ya te asomabas, ante esta ventana de facebook, como el portador de una gran cantidad de ternura para tu familia y para todos los que contemplábamos tus fotos. Ya, con solo mirarte dormido confiadamente, y tu familia alrededor de ti, nos hiciste un poco mejores a todos.

Porque la vida te empujaba a nacer, te agarraba para salir con dolor de tu madre y pudiste salir al fin, mejor, naciste al fin. La vida es nacer y seguramente, ¡qué sabemos nosotros de tus reacciones!, al ver el rostro de tu familia te alegraste de ser de alguien, te alegraste al encontrarte con los ojos de tu madre que trataban de decirte con la mirada: ¡eres mió!, ¡Yo me preocupare por ti ya para siempre!: solo vivimos verdaderamente cuando nos damos cuenta de que somos de alguien. Seguramente que con tus manos cerradas querrías decir, a los que esperaban ansiosos tu nacimiento, que ya no podrás vivir nunca sin ellos, intentando agarrarles a todos.

Los fríos aires de enero y los calidos de agosto te ayudaran a crecer – creo que cerca del pozo de la Fuente de Abajo- y el paisaje de Talayuela irá entrando por tus ojos, sin darte apenas cuenta, pero formando parte de ti para siempre. ¡Soy de Talayuela!, dirás cuando puedas hablar. Tu vida infantil será pensar que tú eres lo más importante – y realmente lo eres – y sabrás caminar confiado de la mano de tus padres y abuelos y no habrá ningún problema a tu lado. En tu mundo infantil pensarás que la calle principal y más importante del pueblo, es la que va de tu casa a la de tus abuelos. La vida de la infancia es así: gozar inmensamente con un juguete y llorar inmensamente cuando no te dejen comer algo que te pudiera hacer daño, pero que a ti te apetecerá un montón: aquellas lágrimas serán un drama para ti y también una congoja para tu madre.

Un día, la vida, te hará descubrir que hay mas calles en el pueblo; calles que intentaras recorrer con esos otros niños que acabas de descubrir en la parte del pueblo donde vives; o que conocerás cuando tu madre te lleve al parque, o a la guardería. Esos niños que, como tú, con los ojos bien abiertos, se comen la vida a tragos como os coméis los pasteles de las fiestas de vuestros cumpleaños. La primera herida al caerte corriendo por las otras calles, la primera mirada acusadora de tus padres por algo que has hecho mal, la magia de la noche de los Reyes Magos. Entonces no medirás aún la vida por años –que importan los años en esa edad en que se tienen todos por delante para vivirlos- La vida la medirás por la magia de las noches de Reyes Magos que has pasado con tus familias y por los juguetes que te dejaron los mismo Reyes Magos.

Esa vida que te ha empujado a salir de tu madre, un día te empujara también a salir por Talayuela y ya no solo para ir al colegio; saldrás porque la vida te empuja a mirarla frente a frente en otros amigos que les está empujando lo mismo que a ti. La querrás ver de cerca, palpitando cerca de ti, creyéndote con fuerzas para todo y con ganas de probarlo todo. En tu afán de independencia llegaras mas tarde a casa de la hora que te señalaron tus padres y será motivo de discusión. También tu madre, se sorprenderá así misma, porque te estará repitiendo las mismas palabras que a ella le decía su madre cuando llegaba tarde a casa. La vida que ahora acabas de empezar lo hace todo nuevo y todo igual a la vez.

Esa misma vida que ahora acabas de empezar te llevara un día a creerte mayor de lo que eres; a creer que ya lo puedes todo por ti mismo; pensar y vestir con tu propia manera, escuchar tu propia música, tu propia pagina de faceboox, tus amigos. Esa vida te hará descubrir que eres único, te enseñara tu propia manera de besar a otra persona y creer que estas locamente enamorado de ella. Nunca han sabido educarnos a ninguno para interpretar nuestros propios sentimientos en esta etapa de nuestra vida y creo que, tampoco, te tocara a ti. La vida te enseñara a vivir como siempre creíste y viste que se vivía en tu casa; te enseñara a llorar y a secarte las lágrimas tu solo con un pañuelo que guardaras en algún lugar secreto para los demás. La vida te enseñará a echar de menos a muchas personas cuando hace algún tiempo que no les ves; te enseñará a emocionarte con todo lo que te rodea y te enseñará que la vida que vives ahora, después, y mucho después de después, es un verdadero milagro vivirla.

Esa vida que, hace apenas nada, te agarraba para sacarte con dolor del vientre de tu madre te llevara por mil caminos que nadie puede saber ahora los que serán, te tocará pasar por todos pero tú nunca “pases” de ellos. No olvides nunca a los amigos que has ido haciendo a lo largo de tu vida. No pienses que se olvidaron de ti, simplemente es que ellos están haciendo también su propia vida y un día os volveréis a encontrar con cualquier motivo. Incorpora a tu vida a los nuevos amigos que se crucen en tus caminos: el corazón, que hoy te palpita con fuerzas, es demasiado grande y caben muchas personas queridas en él. Pasa la fiebre del primer amor con valentía y, ojala sea con la persona adecuada para ello, pues conviene recordar bellamente la experiencia de ese primer amor que, seguramente no tenderá al futuro, pero conviene que sea buena experiencia de amor la primera.

Mira con frecuencia a tu alrededor, en cualquier etapa de tu vida, sin levantar la vista para ver más allá, sino más acá. A tu propio lado. Cerca de ti. Veras ojos, manos. Sentirás latidos de corazones, emociones compartidas, te parecerá normal que estén ahí. Te has acostumbrado a su presencia, a verlos día tras día a tu lado, a sentirlos. Serán las mismas personas que ahora te han recibido, en el hospital, con tanta alegría. Tal vez un poco más mayores, pero han estado tan cerca de ti en todo momento aunque tú, tal vez, no te hayas dado cuenta. Cuando te creías más solo ellos, estaban más cerca de ti sin ser notados. Cuando peor lo pasabas en la soledad de tu dolor ellos estaban tan cerca de ti que no llegaste a notar su presencia. Cuando tu madre te abrazaba, al llegar a casa, y tu creías que nada sabia de ti, ella conocía todos tus secretos, porque hasta ahora, y no creo que tu tampoco seas capaz, ninguno hemos logrado engañar a nuestra madre aunque ella haga la vista gorda.

La vida que te ha empujado a salir del vientre de tu madre se rinde a tus pies; toda tu familia te rodea como la joya más preciada que eres para ellos. Tú ya no puedes vivir sin ellos y, de ninguna manera, ellos ya no pueden vivir sin ti: bienvenido a Talayuela.

1 comentario:

  1. Tengo tanto que agradcer a Talayuela, que aquí no podría enumerar , pues es mucho y el espacio es pequeño.
    Hoy he recibido una gran sorpresa y tú has sido el responsable.
    No tengo palabras para agradecerte la bienvenida a la Vida y a Talayuela de mi nieta.
    Y ,si es vecina del Pozo la fuente abajo.
    Mil gracias TONI por tu deferencia y mil besos.

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