miércoles, 28 de julio de 2010

CANCIONES DE TRILLA EN TALAYUELA.

Desde siempre las personas hemos cantado tanto para expresar lo que sentimos como para acompañarnos en el trabajo que realizamos. Los cantos vienen determinados por el ritmo del trabajo que estemos haciendo. Hay canciones de ronda, de quintos, de labranza… que tienen su propio ritmo; hay, también, canciones de trilla, bellos en la misma monotonía del canto que acompaña al trillo dando lentas vueltas y más vueltas sobre la parva de trigo.

Era justamente ahora, en este tiempo, cuando en las Eras de Talayuela se hacían parvas de trigo, de unos y otros vecinos, que había que trillar. En ese trabajo no faltaba el montón de gavillas, la parva, el animal, el trillo, las horcas, el barril entre las gavillas, hombres con sombreros de paja y pañuelo al cuello para que no les entrara el picor del polvillo que se levantaban; mujeres con sombrero de amplias alas, pañuelos que las cubría la cabeza y el cuello, mangas largas en los brazos – no estaba de moda el moreno-; niños que se subían al trillo con el hermano mayor o con la persona que trillara. No era solamente un juego para los niños sino que al llevar mas peso el trillo mas se rompía la espiga con los dientes de pedernal del propio trillo. De vez en cuando, los hombres o mujeres, revolvían la parva con sus horcas para que la trillada fuera uniforme.

Y entonces, de ese ritmo lento del trillo, girando una y otra vez, salían las canciones de trilla, monótonas en su rimo, en la fatiga, en el calor, en el paso lento del animal que tiraba del trillo. Solo un ¡arre, mula! con el que se quería espabilar al animal y romper ese ritmo cansino en el que, después de dos vueltas mas, volvían a caer tanto el animal como el hombre.

He compuesto este poema pensando en ese rito monótono de canción de trilla y de fondo, que también se hacia con canciones de otros trabajos, está la intención de alabar a la Trinidad y a la mujer con la que se había casado que, fácilmente, estaría muy cerca removiendo la parva con la horca. Palabras con sentido propio y otras con doble sentido, era cantadas como expresión del amor del hombre por la mujer.


Vamos todos a las Eras
a comenzar la jornada,
extenderemos el trigo,
formando redonda parva.

Engancharemos la mula
que tiren fuerte del trillo.
mujeres, coged las horcas,
al trillo subid los niños.

Cuando ya el sol ha salido
comenzamos a trillar
y mientras cantando vamos
loas a la Trinidad.

La primera vuelta dada
por Dios que es Trino y es Uno.
Amores habrás tenido,
más como el mío ninguno.

La segunda a Jesucristo,
Dios y hombre verdaderos.
Dos naturalezas juntas
cuando tú y yo nos casemos.

Tercera vuelta volando,
paloma, Espíritu Santo.
de tanto que te he querido
tu vientre se esta abultando.

Gloria al Espíritu Santo.
gloria al Padre, gloria al Hijo.
Mi mujer se llama Gloria,
Inés y Miguel, mis hijos.

Hombres, aventad la parva.
Quitad la paja del trigo.
Que nunca nos olvidamos
de la palabra que dimos.

Este poema que canto,
es una canción de trilla.
La cantan por Talayuela,
cuando el trillo gira y gira.




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