miércoles, 14 de julio de 2010

LA SELECCION ESPAÑOLA DE FUTBOOL...


La Selección Española de Fútbol ha sido capaz de sacar un sentimiento que parecía estaba dormido, o que estaba reprimido por causa de no se qué mediocres que han alentado su dormicion. La Selección ha sacado fuera de nosotros el orgullo de ser español y de sentirnos que pertenecemos a un territorio que nos une. Ese territorio tiene un símbolo que es la bandera y ha sido puesta, para ser vista por todos, en balcones y ventanas de personas que son afines a un partido político o a otro distinto. La bandera española ha sido rescatada de un solo pensamiento para ser, sin sonrojarse por exhibirla, símbolo de un país, que es lo que ha sido siempre, se sea de un lado o de otro.

Los símbolos se encuentran fuera del control de aprecio o menosprecio que se quiere ejercer sobre ellos. Si el pueblo los acepta como tal pasan a formar parte de su universo cultural y de expresión. Lo mismo pasó con la Copla, la quisieron convertir en la expresión de un pensamiento único, de una forma de pensar. Quisieron hacerla baluarte de ese pensamiento y fue el pueblo, posteriormente, quien la colocó en su lugar, como ahora ha hecho con la bandera. En este tiempo no hay artista, que no ceje en su empeño de serlo, que no cante una copla. La copla hace ya tiempo y la bandera ahora, como decia un periódico, ha salido del armario, y de los bazares chinos, y se ha colocado visiblemente en todos los balcones y ventanas.

“Si en el firmamento poder yo tuviera,
esta noche negra lo mismo que un pozo.
Con un cuchillito de luna, lunera,
cortara los hieros de tu calabozo.
Si yo fuera reina de la luz del Día,
del viento y del mar.
Cordeles de esclava yo me ceñiría,
por tu libertad.”

La copla ha aderezado la vida de la mayoría de los españoles que hicieron de ella el cauce por el que vertieron un sentimiento popular que habían hecho culto los poetas como García Lorca, entre otros. Era la voz del pueblo llamo que expresaba en ella todos los sentimientos que rodeaban su vida sumergidas en una marabunta de vivencias soterradas, de comportamientos, de deseos, de ilusiones que hacían mas llevadera aquella vida de entonces. Sentimientos expresados a ritmo de lágrimas y risas, con palmas o simple sonidos sobre una madera, o una caña, que hacían salir, mezclados con los compases, las vivencias que el creador había puesto en esa letra que ahora hacia suya quien la cantaba.

Esa obra de teatro culta, que el poeta desarrollaba en tres actos, la expresaba la copla en tres minutos y debían, por lo tanto, ser precisos sus versos para que explicaran el drama, o la alegría, que quería transmitir. El artista la acariciaba, la poseía y la cantaba en los teatros, en las fiestas de los pueblos, y, desde entonces, ya los patios de vecinas, las córralas, el barrer la puerta, el hacer cualquier faena del campo, de casa se hacia a ritmo de copla que salía por la ventana abierta a la calle: En los carteles han puesto un nombre que no lo quiero mirar. Francisco Alegre y ¡ole! Francisco Alegre y ¡ola!, La gente dice: vivan los hombres, cuando lo ven torear. Yo estoy rezando por el con la boquita cerra. Hasta los niños éramos capaces de dormirnos en los brazos de nuestra madre, con el traqueteo de la silla – atrás, adelante sobre las patas- y una copla cantada en nuestros mismos oídos. La copla pasaba, entonces, a expresar los sentimientos del pueblo.

La copla sumerge en un mundo que apenas tiene nada que ver con el que se vive; mejor dicho, en este mundo que se vive con unas reglas concretas de comportamiento, la copla canta otras bien distintas. Se convierten en la formas de poner de manifiesto lo otro que no es aceptado: ...Apoyá en el quicio de la mancebía, miraba encenderse la noche de mayo. A clavel y a nardo el aire me olía, cuando tú a mi puerta paraste el caballo…Una prostituta que no quiere cobrar los favores que ha ofrecido a un cliente, ni siquiera aunque lo empleara para comprarse un vestido…serrana, para un vestido yo te quiero regalar. Yo le dije estas cumplio, no me tienes que dar ná…La copla saca a la luz lo que es distinto, lo reviste casi de heroísmo y lo iguala, si acaso no lo supera, a lo que es normal, y es presentado como heroico: Vives con unas y otras y na se te importa de mi soledad, sabes que tienes un hijo y ni el apellido le vienes a dar, llorando junto a la cuna me dan las claras del día, mi niño no tiene padre que pena de suerte mía…

La copla se la adjudicó a un tiempo concreto de nuestro pasado y nada era más subversivo que ella misma para ese tiempo. Los comportamientos son llevados al límite es las personas que viven la tragedia de una copla y que en nada podía compararse al inmovilismo de su época:… Llévame por calles de hiel y amargura, pónme ligaduras y hasta escúpeme, échame en los ojos un puñao de arena, matame de pena, pero quiereme..

La copla es reflejo de un mundo concreto, son fotografías de sentimientos, radiografías de comportamientos, como siempre ha sido todo lo que el pueblo ha cantado ligado a sus quehaceres: canciones de trilla, de segadores, de labradores, de quintos…se quería reflejar el mundo que se vivía. Ahora toca reflejar otro mundo en las canciones y aunque se recurra al pasado, siempre debe ser para expresar comportamientos actuales, pues se corre el peligro de repetir formas de ser que ya nada dicen a las personas de hoy.

Hay sentimientos, experiencias, vivencias, que solo podemos expresar mediante símbolos y, siempre, los agarra el pueblo para expresarse con ellos. Puede que en algun momento dejen de estar presentes esos símbolos por no se qué cuestiones, pero a la menor oportunidad ,el pueblo, los vuelve a tomar como suyos y los coloca en su sitio, le pese a quien le pese.

No hay comentarios:

Publicar un comentario