sábado, 18 de diciembre de 2010

Si alguna vez tuviera la tentación de abandonar estos campos se que mi corazón se secaría. Si algún día cediera a la tentación de olvidarme de la luz que se filtra por entre las ramas de estas encinas se que mis ojos se negarían a ver otra luz que no fuera esta y se apagaría para siempre su brillo. Si alguna vez sucumbiera a la tentación de querer respirar otros aires que lo que mueven las nubes de estos cielos que me cobijan sé que mis pulmones no lo soportarían y expiraría.


Al igual que la encina hunde sus raíces en estos campos y la ayudan mantenerse siempre en pie frente a los vientos huracanados que la azotan sin piedad, yo estoy pegado a esta tierra que me da soporte y sustento.Existe un lugar en el mundo donde la luz da vida a mis ojos y reflejan los colores que me rodean; existe un lugar en el mundo donde se ama de una manera determinada, donde reposan los cuerpos de los seres mas queridos y donde se alzan los deseos y la ilusiones a un cielo que de tan azul parece agua y, de tan blancas sus nubes parecen algodón: ese lugar para nosotros es Talayuela: …yo soy Talayuela…

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