domingo, 13 de febrero de 2011

CAMINO DE LA HIGUERA LOCA

Se despertó con hambre y la cabeza le ardía. No había echado nada de comer y pensó que podría acercarse a Talayuela por el camino que desde el Pozo de la Fuente de Abajo sale bordeando a la derecha aquel inmenso prao. Mientras caminaba notaba que no era dueño de aquel cuerpo suyo. Pasó por la Higuera Loca y comió con ganas aquellos apetitosos higos que le dejaron un gusto de almendra amarga en la boca. Notó como una inmensa neblina le nublaba la cabeza y los ojos. Aquello era otra cosa. Nunca se había sentido así, con voces en su interior que le apremiaban.

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