domingo, 21 de marzo de 2010

CON ESE VIEJO TANGO QUE CANTABA CARLOS GARDEL...

Con ese viejo tango que cantaba Carlos Gardel, me gustaría decir que…cincuenta años no es nada… (Aunque en el fondo de mí mismo sepa que estoy mintiendo como un villano y que cincuenta años es mucho, aunque la vida sea un soplo…) Viene esto a cuento porque vamos a comenzar las fiestas de San Marcos de dos mil diez, que se comenzaron a festejar en Talayuela en el año de mil novecientos sesenta y uno; así pues, el año próximo se celebran los cincuenta años de las Fiestas de San Marcos. Seguramente que el Ayuntamiento, Concejalías y las distintas Asociaciones de Talayuela no dejaran pasar esta fecha sin celebrarla como se merece y no solo en torno a los días de la feria del año que viene, sino durante todo el año, por la importancia que supone la feria de San Marcos para Talayuela y porque las variables que se pueden celebrar son muchas.
Yo me atrevo a proponer cuatro. La primera sería crear los Premios San Marcos (en sus distintas variables) para entregarlos a aquellas personas, instituciones, empresas… que, durante el año, se hayan preocupado por el bienestar de Talayuela. Sugiero que, aunque el Ayuntamiento debe estar presente, el jurado lo conforme representantes del tejido social del pueblo. No cabe la menor duda de que un premio de reconocimiento habría que dar a los herederos del marques de Mirabel, que nos regalaron la fiesta que se celebraba en su finca. La segunda propuesta es que se cree una comisión, dependiente de la Concejalía de Cultura, que, durante todo el año, organice actos culturales en el pueblo, (ofrezco gratuitamente mi obra de teatro: el soldado portugués, para que sea representada como algo propio de Talayuela); que dichos actos de la comisión, tengan presencia en radio, televisiones, nacionales o autonómicos, Internet, vías de comunicación social… que pongan de manifiesto y en valor a Talayuela, su entorno, posibilidades… y todas sus variables. La tercera propuesta es que ese grupo de senderismo que se ha creado…y que siempre se pierde… haga una serie de rutas por todo el entorno de Talayuela y se presten a acompañar a grupos de personas, de todas las edades, para que puedan conocer (nombres de caminos, de cerros, de quebradas, de fincas, de árboles, de ganado, de aves, de hierbas…) todo el entorno y las posibilidades que rodean a Talayuela. La cuarta propuesta, que el Ayuntamiento – o que se cree una Fundación que gestione todo esto de las celebraciones de los cincuenta años de la Feria) compren las casas cuya fotografía se adjuntan, las recupere (pero que conserven la estructura y puedan mostrarse a la posteridad y vean como eran las casas de Talayuela) y cree en ellas un museo etnográfico. Estos cincuenta años de la Feria de San Marcos puede ser una ocasión para relanzar el pueblo: Talayuela, tenemos mucho que contar.
Pienso que es de las veces que uno se encuentra con una ocasión única y sabe que perderla, puede suponer dar al traste con un montón de posibilidades. Por seguir con el tango….guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón. Volver… la esperanza de que todo puede ir mejor y que nosotros debemos colaborar a ello, nos debe animar a hacer todo lo posible.

Talayuela, tenemos mucho que contar… y ahí si, cincuenta años es mucho…y puede ser todo el pasado que vuelve a enfrentarse con la vida… Creo que es una posibilidad de mostrar de donde venimos, lo que somos y lo que queremos ser. El Grupo Solidarios de Talayuela ha dado ejemplo de que, si se tienen objetivos claros, se pueden emprender acciones por el interés general, superando distintas formas de pensar y limando aristas cuando la causa lo merece.

No debemos olvidar de donde procedemos, que lo que tenemos entre las manos ahora, es solo lo que debemos dejar a los que vengas después de nosotros y, si es posible, un poco mejor de cómo lo encontramos...la quieta calle donde el eco dijo, tuya es mi vida, tuyo mi querer… Somos descendientes de unos hombres y mujeres que el sol de estas tierras quemó la piel de sus manos y sus pies. Sus rostros arrugados nos hablaban de un tiempo y una vida nada fácil para ningunos de ellos, pero Talayuela era el trozo de campo en el que querían vivir y morir. No podían querer otra tierra con la que se mezclara el polvo de sus huesos sino aquella por la que habían trabajo: al final de sus vidas, la muerte amiga, les hizo uno con aquel territorio que tanto habían amado y tan difícil les había resultado. Somos descendientes de personas que, antes que nosotros, empeñaron sus propias casas y terrenos para ponerlas como aval ante un préstamo que se necesitaba para pagar las deudas y, así, evitar que el pueblo se despoblase, como había pasado con otros pueblos de alrededor.

Todas las aspiraciones de nuestros antepasados corren por nuestras venas; luchan por salir por ellas como si los pulsos las empujaran fuera de nosotros. Como si de una gran familia se tratara, al igual que hemos heredado estos genes, estos campos y este pueblo, hemos heredado sus sueños, sus miedos y su forma de ser y somos observados por miles de ojos que miraron antes que nosotros todo esto…por aquí pasaban. Este mismo sol les amanecía. Buscaban estas yerbas y estos campos. Todos los años por san Miguel, para no perderse la otoñada, se acercaban lentos, se les oía venir en una ruidosa marabunta de balidos y polvaredas. Abrían camino los cencerros de los carneros. Pastores, ladridos de los careas, tintineos de esquilas, silbidos, zagales, zagalas. Canciones. Estos campos resucitaban con su anual venida, mientras la sierra de ahí enfrente quedaba triste y oscura. Venían, vivían. Aquí sufrían, por aquí se amaban. ¿Cómo atreverse a negar que su sangre corre por nuestras venas?...

Los orígenes solo sirven para no perder el norte, para saber reconocer a quien procede del mismo lugar que tu y que también está trabajando por mejorarle porque esta atado a él por unas fuerzas invisibles…y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor… y el regreso para saber de donde venimos y para formular adonde queremos ir. El pasado no puede determinar nuestro presente, pero si le tenemos que dejar que forme parte de él.
En cincuenta años de Ferias y Fiestas de San Marcos…Talayuela, tenemos mucho que contar… pues pongámonos manos a la obra que ayuda no nos ha de faltar.

(He pisado un poco el acelerador hoy, ¿ no?)

1 comentario:

  1. este año son las mejores ferias de san marcos de todos los años atras

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