domingo, 23 de enero de 2011

“…Por aquí pasaban. Este sol les amanecía. Buscaban esta Yerba. Todos los años por San Miguel para no perderse la otoñada, se acercaban lentos, se les oía venir en una ruidosa marabunta de balidos y polvareda. Abrían camino los cencerros de los carneros. Recuas, pastores, ladridos de los careas, tintineos de esquilas en los recentales, rabadanes, silbidos, zagales, zagalas. Canciones. Esta campiña resucitaba con su anual venida mientras la sierra de ahí enfrente quedaba sola y oscura. Aquí invernaban… Venían, vivían. Aquí sufrían, por aquí se amaban…y su sangre corre por nuestras venas…”

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