domingo, 17 de enero de 2010

Los caminos nos traen y nos llevan

Los caminos nos traen y nos llevan de un lugar a otro; comunican distintas poblaciones, sirven como medio para que las personas vayamos mirando y admirando todo lo que existe mientras entramos en un lado y salimos de otro. Desde que nacemos deseamos aprender ese difícil ejercicio que es mantenerse en pie y caminar y, a lo largo de la vida, aprendemos que, a veces, no nos importa tanto a donde queremos ir sino que lo realmente importante es lo que queremos dejar atrás. También para huir sirven los caminos.

Talayuela siempre ha sido un lugar del que salían muchos y diversos caminos: de Jarandilla, de El Borbollón, de La Vega, de El Baldío, de Plasencia, de Majadas, de La Hondonera, de Las Viñas, de Palancoso, de Navalmoral, de Los Veratos, de El Ejido, de Las Lomas, de Cardenillo, de Valdelacasa, de La Chinarrera, de La Barca, de Las Casas del Pinar… y tanto otros que no nombro. Algunos nos llevaban al paraíso y otros nos sacaban de él. Unos terminaban en un lugar concreto, como el de La Hondonera; otros nos paseaban por vistas esplendidas de la sierra, como el de Las Viñas. Algunos nos llevaban a zonas que nos producía temor atravesarlas, como el de Plasencia y otros se detenían en lugares tan hermosos que la memoria volvía perezosas las piernas y se descansaba con el sabor a menta que dejaba el agua fresca en la boca.

Uno de estos caminos, justamente, era de los Veratos. Desde la barca, en la que cruzaban el río Tietar, el camino continuaba atravesando el pinar de El Moreno, se deslizaba por el cerro de Las Cabañas y, poco antes de continuar por el camino de Navalmoral, se dirigía una vereda a El Pozo de La Fuente de Abajo. Hoy nada queda de este pozo que era descanso y recreo de la gente que por aquí pasaba de la comarca de la Vera a Navalmoral. Las pilas de piedras donde abrevaban los animales, adornan el jardín de algún vecino de Talayuela y el mastranzo, la menta y el hinojo, que hacían crecer sus aguas, han sido cubiertas por el alquitrán de la carretera. Allí, el alquitrán, también sepultó palabras tiernas, risas de emoción contenida, leyendas de caminantes contadas bajo las estrellas y sueños forjados mientras se caminaba. Allí, el alquitrán sepultó la excusa de ir a llenar el cántaro de agua para que se diera la primera caricia.

Aquel Pozo de La Fuente de Abajo era lugar de descanso y, también, de continuar el camino otra vez para llegar al destino y tener en la boca el sabor a menta del agua del Pozo de la Fuente Abajo.

A nosotros ya poco nos importa, pues su recuerdo vive en nuestra mente que, a veces, es la mejor manera de que viva fresca y joven una presencia. Nosotros continuamos la tradición de los antiguos trashumantes, hicimos el descanso, probamos su agua, leímos el poema del viaje a Itaca ( Kavafis) y aprendimos que hacer el viaje es estar siempre caminando,sin llevarse nada y no llegar nunca al final, porque la recompensa está en el mismo camino que caminamos. La recompensa la tuvimos al tener en nuestra boca el sabor a menta de las aguas de aquel pozo que ya no existe.

2 comentarios:

  1. Muchas veces hice el descanso, no bebí de su
    agua, pero sí sentí el frescor de su entorno, y me embriagué con el aroma de las hierbas que crecían a sus pies.Recuerdo aquellas noches de verano, en las que un grupo de vecinos nos bajabamos hasta allí buscando el tan deseado "fresco",como niña,a medida que nos acercabamos al punto,un escalofrío de miedo me invadía por completo,las farolas del pueblo hacía mucho que las habíamos dejado atrás, en medio de la carretera, que tú nombras como camino de Navalmoral, estabamos,los vecinos,EL POZO y arriba la impresionante gran boveda estrellada.Mi padre siempre intentaba enseñarme:
    -¡Mira!El Camino de Santiago.Allí La Osa Mayor Y allí...
    Pero lo cierto, es que yo estaba deseando dar la vuelta y abandonar el lugar.Otra cosa diferente fue cuando el paseo lo hacía con la gran pandilla de amigos, teníamos todo el verano por delante.
    Ahora, EL POZO no está y creo amigo Antonio, que el asfalto ha dado el primer paso para sumirlo en el olvido,¿Se recordará cuando al- gunos no estemos?

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  2. Sabeis que Luis Fernando sanchez ha escrito una cancion al pozo?Entra otras que ha compuesto para el pueblo

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